Guanajuato es uno de los 17 municipios en el Estado en los que se declaró la Alerta de Violencia de Género.
Esto es, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), determinó que las circunstancias que se dan en el municipio, en cuanto a violencia feminicida, son tales que merecen el trabajo intenso y coordinado de todas las instancias de todos los gobiernos.
Sin embargo, en ese contexto, Patricia Elain Sánchez, la recientemente ratificada titular de la Dirección de Atención a la Mujer, salió a declarar: “no tenemos cifras que debamos de alertar”.
No sólo eso, Patricia Elain cree que la alerta de género en la capital se dió sólo por ser la capital. Textualmente dijo la funcionaria: ”Entendemos que el hecho de ser la capital es lo que nos pone en la alerta”.
La manera de minimizar la violencia feminicida de parte de quien debe procurar la protección de ellas es por demás lamentable, pero entendible en el momento que vive la ciudad, cuando a pesar de las peticiones de las colectivas feministas, la propia dirigencia del partido político del que proviene la alcaldesa y el exhorto unánime del Congreso del Estado, se mantiene como presidente de la Comisión de Equidad de Género a un hombre, que ademas tiene antecedentes como agresor a una mujer.
Gobernar con perspectiva de género, no se le está dando a la alcaldesa, Samantha Smith.
La pobreza en Guanajuato
La pobreza en Guanajuato no es consecuencia directa de la informalidad, sino de los bajos salarios y la profunda desigualdad que prevalece en todo el territorio mexicano.
A pesar de que el Coneval reporta una ligera reducción en la pobreza, más de dos millones de guanajuatenses siguen luchando por sobrevivir con ingresos insuficientes, y sin que sigan alcanzando para dos canastas básicas.
El estudio de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza que presentó David Herrerías Guerrera confirma que casi el 40% de las personas en situación de pobreza tienen empleo formal, lo que desmiente la idea de que la pobreza se debe a la falta de trabajo o a la informalidad.
El ingreso promedio per cápita de 5 mil 438 pesos al mes, muy por debajo del promedio nacional, habla de la necesidad de trabajar en cubrir las necesidades básicas, pues señala que la verdadera raíz de la pobreza está en las condiciones laborales precarias.
Es importante que las políticas deban enfocarse en garantizar un salario digno y cerrar las brechas de desigualdad que afectan a la población, en especial a las mujeres y los jóvenes.
Mientras no se fortalezcan los ingresos y se mejore el acceso a oportunidades educativas y laborales, la pobreza seguirá siendo un obstáculo insuperable para millones de guanajuatenses.