Finalmente, tras varios años, las autoridades lograron la captura del presunto criminal más buscado en Guanajuato.
La organización de El Marro había sufrido golpes como la reducción del huachicoleo, la detención de familiares y del segundo en el mando. Más allá de la liberación de algunos, todo indicaba que el cerco se cerraba y que la captura de la cabeza del cártel de Santa Rosa de Lima, por escurridizo que resultaba, era cuestión de poco tiempo.
En las próximas semanas sabremos lo que para la pacificación del estado significará la aprehensión de El Marro. Sin duda, el enorme riesgo es que ahora surja una lucha interna en el cártel por tomar el mando, además de que habrá que conocer las reacciones de los grupos delictivos antagónicos.
Por cierto, llama la atención que Andrés Manuel López Obrador haya declarado, tras la detención de El Marro, que fue la complicidad con autoridades y la impunidad, lo que hizo crecer a ese personaje. Es probable que el presidente tenga razón, pero entonces queda obligado a presentar las denuncias correspondientes, de lo contrario estará encubriendo y dejando impunes a los que señala. Además, sería interesante que nos explicará qué o quienes han hecho crecer al hijo de El Chapo y a los otros cárteles.
Guanajuato, segundo lugar en contagio activos
El estado cierra la semana ocupando el nada honroso segundo lugar en contagios activos de COVID-19 en el país, lo cual significa que algo, si no es que todo, lo estamos haciendo mal.
Y es que, como lo hemos dicho en otras ocasiones, la sociedad ya salió a tratar de normalizar cada vez más sus actividades, ante el pasmo de las autoridades municipales, que no atan, no desatan.
Con campañas de concientización muy dispares, pero que en la mayoría de los casos no dicen nada, ni llegan a nadir, los Ayuntamientos han pretendido que cumplen su tarea frente a la pandemia, olvidando que se trata de una lucha diaria y que cada persona contagiada y cada muerte nos hacen ver que vamos perdiendo.
