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miércoles, abril 24, 2024

El populismo de Magdalena Rosales

Con mucha frecuencia la tribuna del Congreso del Estado sirve para declarar cualquier ocurrencia.

Quien lo hizo ahora fue la diputada morenista Magdalena Rosales Cruz, quien desde allí propuso un exhorto a la Universidad de Guanajuato para no cobrar las cuotas de inscripción.

Llama la atención, pues si algo ha caracterizado a la universidad pública del estado, desde siempre, es su sensibilidad hacia los que menos tienen, precisamente porque ese es su origen y esa ha sido su permanente esencia.

Hoy se cobran poco más de mil quinientos pesos por semestre en prepa y licenciatura, y el recurso permite, entre otras cosas, dar becas de inscripción y alimentarias para aquellos que no pueden pagar su ingreso, o que no pueden pagar su manutención.

Ello sin contar una serie de programas que la Universidad tiene, como es el de equidad regional, destinado para los estudiantes más vulnerables económicamente, de las zonas más marginadas de la entidad.

Si de verdad la preocupación de la diputada es que la Universidad llegue a más estudiantes o genere mejores condiciones, entonces vendría mejor que hiciera su trabajo y desde el Congreso pugnara por más presupuesto para la casa de estudios.

No deja de ser irónico que sea un personaje de la 4T quien no entienda la trascendencia de la universidad pública.

Seis partidos que no pintan en Guanajuato

De once partido que llegaron a participar en la contienda electoral estatal, al menos seis ni siquiera habrían llegado a obtener el 3 por ciento de la votación.

Es el caso del PRD, PT, PES, RSP, Fuerza por México y Nueva Alianza.

Destacan el primero y el último. El PRD porque llegó a tener una presencia incluso creciente en el Estado, o al menos en buena parte de los municipios. En la capital, hace apenas seis años colocó a tres regidores, sin alianza con ninguna otra fuerza política. Hoy es probable que no llegue a tener ninguno.

Este escenario para lo que alguna vez pretendió ser la izquierda mexicana, no es casual, al menos en Guanajuato capital el PRD cayó en los peores vicios y contradicciones, al grado de volverse un partido liderado por unos cuantos empresarios que se apoderaron de la franquicia para colocarse y negociar con el poder en turno.

El PRD en el Estado dependerá, al igual que los otros partidos, excepto Nueva Alianza, de la votación nacional para ver si mantiene el registro.

Nueva Alianza por su parte podría perder todo, hasta las cenizas que habían quedado en el Estado.

Mantenía apenas su registro estatal, tras desaparecer a nivel nacional y ahora no tuvo la fuerza para fortalecer su presencia en Guanajuato.

Así Guanajuato ve como se debilita aún más lo que pretendía ser una parte de la oposición, al grado de desaparecer.

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