En un país y en un estado donde poco se habla de la comunidad científica, había pasado desapercibido el caso del genetista en plantas, Jean- Philippe Vielle Calzada, investigador del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) en Irapuato, que ha sido acusado al menos por cuatro investigadoras y estudiantes por acoso y hostigamiento sexual.
Este caso fue conocido, incluso internacionalmente, por la publicación hecha por la revista Science, el pasado 1 de octubre, que documentó los hechos y expuso las agresiones del científico reconocido contra algunas de sus víctimas que decidieron a hacer públicas sus denuncias, ante la falta de atención y protección de la institución.
Pero, esas cuatro víctimas no han sido las únicas, Verónica Cruz del Centro Las Libres, señaló que existen otros dos casos. En total seis víctimas, tres investigadoras y tres estudiantes que sufrieron acoso y hostigamiento sexual por parte del mismo agresor.
Los hechos ocurrieron del 2013 al 2019 en el Cinvestav, y fueron denunciados formalmente ante la institución a principios del 2020, pero al declararse incompetente llegaron al Órgano de Control Interno.
Al parecer y de acuerdo con las denunciantes, el caso ha sido del poco interés de las autoridades, pues a más de un año de haberse presentado las denuncias solo uno se encuentra en proceso sancionatorio ante un tribunal federal de Justicia Administrativa, reveló Verónica Cruz.
Ante la falta de protección a las denunciantes, la aplicación del Protocolo Para la Prevención, Atención y Sanción del Hostigamiento y Acoso Sexual, y la lentitud en los resultados de las investigaciones, la comunidad científica y estudiantil salió para alzar la voz y exigir una buena atención y seguimiento de los casos y espacios libre de violencia.
Y es que sí, los casos de acoso y hostigamiento sexual ocurren de manera cotidiana en todos los ambitos, sin que sean atendidos como corresponde, y no es más que por la presión de las comunidades, como lo fue el caso de la Universidad de Guanajuato, que las instituciones implementan sus protocolos para la atención de mujeres víctimas de violencia.
Esto, incluso reconocido por la propia directora del Cinvestav Irapuato, Gabriela Olmedo, quien en la rueda de prensa que se ofreció ayer en compañía de las Libres, dijo que era necesaria la presión para que comenzarán a trabajar en materia de género y para garantizar espacios seguros y libres de violencia.
Este como en todos los casos, las mujeres que estudian la ciencia, las investigadoras y toda la comunidad, tienen el derecho de realizar sus actividades de manera digna y sin miedo.
Betty Hernández se fue y no predicó con el ejemplo.
En sus últimas entrevistas, la exmunícipe, Beatriz Hernández Cruz declaró que no haría lo que le hicieron, que se iba contenta, orgullosa, satisfecha, pero las cuentas claras que presumió al parecer no estaban ‘bien hechas’.
Y es que apenas van tres días y ya el alcalde, César Prieto Gallardo ventiló el desorden de información que le entregaron, información que reflejó una deuda de 92 mil pesos por la compra de 45 lonches fríos, 60 aguas y 45 chocolates.
Eso no es todo, Hernández Cruz se fue y dejó la casa sucia y en el abandono, por lo que la nueva administración ha tenido que trabajar en la limpieza y reparaciones en la Presidencia Municipal.
Para no perder la costumbre, los vehículos oficiales se hallaron en el taller, incluso patrullas, cuyas reparaciones mínimas están programadas hasta dentro de más de un mes.
Afortunadamente dejó la camioneta blindada, sí esa que seguramente capitalizó a la empresa hidalguense, y que César Prieto analiza si vender o rifar, asegurando que el dinero que se obtenga se destinará a seguridad.
Van tres días y esta es la primera primera irregularidad, que por el bien de los salmantinos se espera que sea la única, de no ser así, tendremos Betty Hernández para rato.
