A los representantes de los medios de comunicación nos toca visibilizar las problemáticas que aquejan a la sociedad, y una de éstas es la demanda de colectivos que señalan no hay acciones concretas para las búsquedas en vida de personas desaparecidas.
Es por eso que ante las preguntas de los reporteros, el subsecretario de Vinculación y Desarrollo Político de Gobierno del Estado, Alfonso Ruiz Chico reconoció que falta eficiencia en las búsquedas de vida.
Y no fue sencillo pues a cualquiera le hubiera gustado presumir los logros que ha alcanzado la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas a cuatro meses de su creación.
Si bien es comprensible que es una Comisión en pañales, no hay ni habrá aplausos, porque esa Comisión inicia con un pasivo enorme de dos mil guanajuatenses desaparecidos.
Para la búsqueda en vida de niños existe una alerta Amber, para la búsqueda de mujeres, se estrenó un protocolo Alba, cuyas fichas a criterio de la Fiscalía General del Estado se publican enseguida o ya pasados dos, tres días y con suerte, porque bien podría pasar un mes.
A esto, el funcionario respondió que es trabajo de la Comisión vincularse con la Fiscalía para que cuando se den los avisos de la desaparición de alguien, lo puedan cumplimentar, pero entonces ¿Qué tanto trabajo coordinado existe ahora entre ambas?
Con todo esto, Ruiz Chico aseguró que según lo que le dijo el comisionado, Héctor Díaz Esquerra han localizado doce personas con vida, pero cosa rara, solo han presumido un caso exitoso.
También Alfonso Ruiz destacó el convenio con la Federación para gestionar 14 millones 400 mil pesos para el equipamiento de la Comisión, que esperamos que pronto llegue.
Son cuatro meses de acciones, básicamente de las familias. La Comisión ha empezado a asumir su responsabilidad, pero falta mucho por hacer, como lo reconoció el subsecretario. Ahora el chiste es hacerlo.
Morena Guanajuato, oposición dañada por sus líderes
La misma ausencia de una oposición sólida y certera que padece el país a nivel nacional, frente al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es la que padece Guanajuato.
Es un hecho que Morena vino a modificar mapas políticos, sacudir a los cuadros y precipitar las decisiones de una clase política que es fecha que no se estabiliza. Sin embargo, poco pudo hacer en un estado donde sus líderes se la han vivido en la confrontación tras la elección del 2018.
Ernesto Prieto y Alma Alcaraz han protagonizado una disputa que ha desatado declaraciones de ida y vuelta, así como empellones y traspiés mutuos, pero sobre todo un ir y venir de litigios sobre la legitimidad de su dirigencia.
El problema mayor viene a la hora de la consistencia política que requiere su labor como segunda fuerza política, pues si partimos del cuestionamientos de las legitimidades de los liderazgos, el partido prácticamente se queda desfondado y dependiente de la popularidad que sus figuras, pudieran o no tener.
El pleito entre secretaria general en funciones de presidenta de Morena y el diputado local y presidente con licencia de Morena, es también el reflejo de un partido que no ha tenido los arrestos para transitar del movimiento masivo a la vida institucional. Los reglamentos formales quedan de largo, cuando de aprovechar la coyuntura de lopezobradorista se trata.
Por lo pronto, cada uno tiene sus ascendientes dentro de un proceso interno por definir nuevamente a sus dirigentes nacionales. Por un lado, Alma se mantiene firme con Yeidckol Polevnsky; por otro, Ernesto ya recibió espaldarazo público de Mario Delgado.
El caso es que mientras mas dura el pleito, menor es la esperanza de un reacomodo mayor en Guanajuato, rumbo a las elecciones de 2021.