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miércoles, abril 17, 2024

FIG, responsabilidades compartidas

El éxito que tiene el Festival Internacional del Globo de León es innegable. Como también lo son las relaciones políticas entre los organizadores y el gobierno municipal y estatal.

Por ello es de llamar la atención la actitud tanto de las instancias de seguridad del municipio de León, como de las autoridades turísticas estatales, cuando se trata de evaluar en términos generales la realización de un evento cuyo éxito se ha desbordado.

Lo vivido durante el concierto del Dj Martín Garrix el pasado sábado, dio una muestra de la necesidad de estrechar protocolos y eficientar la coordinación, pero sobre todo, de asumir la responsabilidad pública cuando se trata de apoyar un evento de esta magnitud.

Cinco millones de pesos son los que aportó el gobierno estatal para este evento que en una noche, según se indicó, llegó a tener 100 mil personas en el mismo perímetro. Dada la cuantía del apoyo, por lo menos era de esperar que el Comité Organizador informara a la secretaria de Turismo, María Matamoros Montes, haciendo un balance del evento.

La presentación musical en el marco del festival del globo parece algo sencillo. Pero no lo es. La complacencia tiene que ver con una visión de éxito, que en tiempos difíciles para la economía es importante mantener.

No obstante, se espera una posición más activa y responsable, de la administración pública que patrocina, promueve, apoya e impulsa eventos multitudinarios como ya lo es el Festival Internacional del Globo. Es sin duda, una tarea compartida entre gobierno e iniciativa privada.

Y dicho sea de paso, hasta el momento, por el sobrecupo ocurrido en dicho evento, no se ha señalado a ningún posible responsable y mucho menos una posible sanción.

Ocurrencias riesgosas en la capital

El pasado fin de semana la capital del estado se colapsó por el extraordinario flujo de turistas, un problema que no se debe de minimizar y sí tomarlo en cuenta para actuar, incluso tomando la opinión de especialistas y no seguir decidiendo con base en ocurrencias.

Es un hecho que la misma autoridad municipal ha contribuido a la problemática, al no atender el Reglamento de comercialización en la vía pública, y promover, sin planeación, eventos como el “Festival del Mezcal” que se realizó durante todo el fin de semana largo.

El citado reglamento se aprobó en 2015, ese que se elaboró con apoyo del INAH, cuando era delegado Sergio Tovar, con el fin de proteger la movilidad, los edificios históricos y la visual arquitectónica, lo que parece no importar al gobierno de Alejandro Navarro.

El que la derrama económica haya sido muy buena, no justifica los problemas que se generaron, ni que se haya violentado los reglamentos, pero pareciera que eso creen Navarro y los integrantes del Ayuntamiento que todo le justifican y que no entienden que la manera como se entrega al turismo, degrada a la ciudad y hace que muchos de sus habitantes vivan días no sólo pesadilla sino de verdadero riesgo.

¿Y la austeridad en el Congreso?

El Congreso del Estado se sumó a algunas medidas de “austeridad” como la petición el gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo de que los funcionarios estatales no se aumenten en sueldo.

Pero parece que solo eso harán, porque el gasto del Legislativo para el 2020 será de 94 millones de pesos, una cifra bastante elevada porque se incluyen algunos rubros que no parecen tan necesarios.

Uno de ellos es la difusión que se el dará al Congreso, más de 11 millones de pesos para dar a conocer as actividades que se realizan dentro de él.

Otro que nos llama la atención son los ocho millones que van para el cambio de equipo de cómputo y otro millón para renovar mobiliario de oficina, cuando sinceramente ambas cosas con las que cuenta el Legislativo no parecen estar en malas condiciones.

En lo que sí parece que no se excedieron fue en la gasolina, será poco más de dos millones de pesos para los casi 50 autos que tienen, pero el detalle es que en febrero contemplan comprar algunos más con otro millón.

Para el pago de telefonía celular serán poco más de medio millón los que destinarán, sinceramente y de acuerdo al salario de los funcionarios del Congreso, no se ve por qué se les entregue uno oficial cuando bien podrían pagarlo ellos.

A la lista del Programa Anual de Compras 2020 es muy larga y tardaríamos mucho en describir cada cosa, pero lo que queda claro es que austeridad como tal, en el Congreso no aplica porque hay lujos que parece que no están dispuestos a soltar.

En conclusión, si de verdad se hiciera un ejercicio para ahorrar en el Legislativo, se tendría recurso para invertir en cosas que realmente se necesitan y que la ciudadanía se los reconocería.

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