Nuevamente, el estado de Guanajuato fue expuesto durante la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador como uno de los estados más violentos.
En esta ocasión, se centró en los elementos de Policía Municipal que han sido asesinados durante el año.
De acuerdo con el subsecretario de Seguridad, Luis Rodríguez Lucio, en lo que va del año, Guanajuato ha registrado la muerte de 40 elementos de policía y otros 23 heridos. Celaya fue exhibido como el epicentro de la violencia contra las fuerzas de Seguridad Pública.
Lamentablemente, tal noticia no es novedad; es verdad que Guanajuato tiene uno de los más altos índices de homicidios en contra de elementos de la Policía Municipal.
Sin embargo, a decir del subsecretario de seguridad, fueron órdenes de Andrés Manuel López Obrador de dar a detalle cuál es el contexto en esta materia.
Que Guanajuato esté en el ojo de la Federación por temas de seguridad, no solo debe conllevar a una crítica o comparación con otras entidades, sino también a una obligada atención para atender las causas y prevenir más homicidios.
El presidente también cuestionó cómo es posible que un estado tan creciente en materia económica como Guanajuato tuviera altos índices de adicciones, destacando que este es el origen de la violencia que se vive en la entidad.
Ante ello, sin duda es necesaria la atención y coordinación entre los tres niveles de gobierno y más allá de las diferencias partidistas, es importante la intervención para la atención de las causas.
Guanajuato necesita recuperar la paz, tener más y mejores cuerpos de Seguridad Pública con mejores capacitaciones, mayores sueldos y mejorar las condiciones laborales que dignifiquen su esfuerzo.
Sin embargo, de nada servirá que una autoridad como la Federación critique al estado si no está haciendo su parte en atender estas cuestiones.
Salamanca y las Direcciones acéfalas
Dicen que lo que mal empieza mal acaba, y a lo largo de tres años, el morenista César Prieto Gallardo no fue capaz de mantener su gabinete completo, peor aún en aquellas dependencias municipales clave como lo es la Dirección de Seguridad Pública y el Instituto Municipal de Salamanca para las Mujeres.
En este última, incluso fue evidente su claro desinterés, que ni una alerta de género lo hizo reaccionar, pues fue justo en la entrega de informes para dar cumplimiento a las recomendaciones de Conavim, que colocó a la funcionaria de otra área completamente distinta.
En su análisis de perfiles, prácticamente se le acabó esta primera administración y todo indica que se le acabará la segunda, ya que tampoco está seguro de mantener a los encargados de despacho para rellenar.
Preocupan sus compromisos con la seguridad cuando está convencido que su secretario de Ayuntamiento y al mismo tiempo, encargado de despacho de Seguridad Pública, hace todo y lo hace bien, aún con los ataques armados que cobraron la vida de elementos de su corporación, misma que se quedó en sus inicios, ya que tampoco tuvo un director de Academia de Policía por un largo periodo.
Ahora, Prieto Gallardo espera recomendación de la Federación para el perfil de quién será su director de Seguridad, y como van las cosas, podría arrancar su gobierno en octubre sin una cabeza en esta dependencia, por lo que solo resta ver qué le depara a Salamanca sin un “padrino” al frente, y un Estado que no se sabe si mantendrá en el abandono no al alcalde, sino a los salmantinos.