Las miles de voces que entonaron justicia, y los pasos de miles de mujeres que marcharon en México y en Guanajuato hicieron que el país y el estado temblaran.
El temblor tuvieron que sentirlo las autoridades. El temblor lo tuvo que sentir la sociedad.
El domingo, las calles se vieron inundadas por una causa: Justicia. Igualdad de oportunidades. Libertad y Seguridad.
Las mismas mujeres que ayer tomaron las calles para hacerse escuchar y ver, hoy dio estarán.
Hoy es imperante, primero, que las autoridades actúen en mejorar las políticas públicas y garantizar la igualdad entre hombres y mujeres, para hacer justicia, proteger y realmente asegurar una vida libre de violencia de género; y segundo, que la sociedad tome conciencia y se alié entre sí, para que el miedo de salir a la calle y el de estar en casa disminuya, aunque sea gradualmente.
Ayer las mujeres alzaron su voz, ayer se hicieron ver, ayer se hicieron sentir, ayer se hicieron escuchar. Hoy harán falta, ¡Hoy ellas demostrarán la enorme falta que hacen! Hoy es un día crucial para todos; pues a partir de hoy se debe marcar la ruta para un poderoso y urgente cambio.
¿Feminicidio a la patria?
Aprovechando el Día Internacional de la Mujer, hubo alguna que acuñó el término que le da nombre a esta parte de la columna.
Lo hizo desde su inseparable condición de regidora por Morena en el Ayuntamiento capitalino.
Karen Burstein escribió en su página de Facebook “No se vale no merecemos esta agresión y falta de respeto, no es ético, no es expresión urbana es una falta de respeto a la patria a Mexico esta historia es un acto de femenicidio a la patria , no tengo palabras me indigna y lo repudio (obviamente sic)”
Sí, según la regidora, pintar sobre algunos monumentos históricos “es una falta de respeto a la patria, a México. Esta historia es un acto de femenicidio a la patria”.
Las ironías son muchas, porque esa misma regidora no es quien se ha manifestado, ni ha hecho algo desde su condición de servidora pública en cada feminicidio que se ha vivido en esta patria, que dice preocuparle tanto.
Pero si la patria de verdad le merece su atención, entonces habrá que recordarle que la patria somos las mujeres y los hombres de este país, no sus monumentos. Si desaparecemos las mexicanas y los mexicanos, esta patria se acaba. Si al Teatro Juárez lo pintan, la patria sigue.
Si lo que le preocupan son los monumentos históricos y el daño que han sufrido, habrá que recordar que tampoco ha sido ella quien se ha manifestado en contra de la destrucción de un muro de la vieja casona municipal, o de que ese mismo inmueble lo pinten de los colores del partido político que la llegó a postular en otros tiempos, sin siquiera la autorización del INAH.
Esta patria vive por cada mujer y cada hombre. Vive en cada mujer y en cada hombre y cuando matan a una, ahí sí están matando a una parte de la patria. Qué lástima que la regidora no se de cuenta que la patria se nos acaba sin ellas.
