El chupacabras, fue un gran mito popular de los años 90’s, justo en plena crisis económica del 94 surgió el rumor de un ser con alas y colmillos que atacaba el ganado y hasta perros, para matarlos y así alimentarse.
Mucha gente creyó en el chupacabras, cuidaba a sus animales y se iba a dormir con miedo de que ese ser atacara durante las noches.
La creencia popular puede darle vida a un ser inexistente y convertirlo casi en realidad, pero también puede hacer creer a la gente que otras cosas reales no existen, como el coronavirus. Un virus que mucha gente ha creído que es ‘un invento del gobierno’, ‘un engaño para sacar el líquido de la rodilla’ o hasta una consecuencia de la red 5G.
El asunto es que prefieren no creer, aunque la vida se les pueda ir por eso. Tal vez no sea ignorancia, tal vez sea sólo un mecanismo erróneo de defensa para poder permitirse la oportunidad de salir a la calle a trabajar sin sentirse tan vulnerables… o tal vez sí, sea ignorancia pura y lo que necesitan sea conocer la situación de mano propia y que algún familiar o conocido se enferme, para creer y comenzar a prevenir.
Desgraciadamente es probable que pase lo segundo, y muchas de esas personas que ahora no creen, tengan que enfrentarse con una realidad poco grata que pudo haberse prevenido.
Por más que las autoridades traten, por más que algunos conscientes quieran hacer entrar en razón a otros, ¿cómo se combate la incredulidad popular?
¿Y la transparencia y los trabajos anticorrupción?
Mucho se ha hablado de la falta de autonomía de los titulares de los órganos internos de control, debido a que las instituciones busquen que sean ‘a modo’, es decir que los protejan a pesar de realizar actos de corrupción.
En un acto que podría vulnerar dicha independencia y a poco más tres meses de que comience el proceso electoral, los diputados locales pretenden darle atribuciones al Tribunal Electoral del Estado de Guanajuato (TEEG) para que designen al suyo.
Actualmente la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales establece que el Congreso sea quien nombre al contralor del TEEG y del IEEG, pero mediante una reforma, pretenden que ya no sea así.
El actual contralor del TEEG ha realizado algunos señalamientos sobre el manejo de los recursos públicos, su periodo en el cargo concluirá hasta el 2022, pero parece que será este mismo año cuando lo deje.
Llama la atención que esto sea previo al inicio del proceso electoral el cual será en septiembre, pareciera que la intención es tener a alguien como ya lo mencionamos ‘a modo’.
El Congreso local se justifica en una resolución de la Suprema Corte, donde resolvió que en el caso del estado de Nayarit, era inconstitucional que el Legislativo designara al contralor de su Tribunal Electoral.
Por cierto, la reforma en Guanajuato se aprobará antes del 31 de mayo, plazo que tienen los diputados para hacer modificaciones en materia electoral por lo que en 120 días una vez entre en vigor, el TEEG deberá designar a otro contralor.
Parece que los diputados están dando un paso atrás en materia de transparencia, esa que tanto les cuesta brindar y permitirán que el organismo imponga a un contralor.
