Sólo el 27.0% de los irapuatenses encuestados mencionó haber conocido o escuchado que en su ciudad se implementaron actividades o programas para prevenir la violencia y/o delincuencia, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública (ENSU) del INEGI,
Lo anterior solo refleja una cosa: poco o nada se hizo al interior de la administración para replantear estrategia, siquiera en comunicación, para difundir lo que se hace desde el Municipio, en lugar de que solo sea una solicitud de la alcaldesa, Lorena Alfaro García, quién en entrevistas insiste en que se debería de hablar de bien de la ciudad.
No se trata de palabras, sino de acciones y ni las relacionadas con ‘la reconstrucción del tejido social’ hicieron eco, acciones que se hubieran transmitido a los ciudadanos, lo que está lejos de depender de terceros.
Hubo varias oportunidades de corregir el cierre del 2022, que trascendió con un Irapuato como la tercera ciudad del país con mayor percepción de inseguridad, según el 92.6% de los encuestados.
Y es que así se movió Irapuato a lo largo del año, entre los primeros cinco lugares donde los habitantes señalan que se sienten inseguros, de acuerdo con la ENSU, que cada trimestre evalúa en esta materia a únicamente 75 ciudades del país, porque también hay que decirlo y excluye de la entidad, a Celaya y Salamanca.
Si bien Irapuato no reprueba en todas las clasificaciones de la encuesta, tiene porcentajes bajos, por ejemplo solo el 22.2% aprueba la efectividad del gobierno para resolver los problemas del núcleo urbano.
Los irapuatenses no confían en su policía municipal y se requiere fortalecer a la corporación y eso es una atribución del Municipio, más allá del trabajo que le toque al Estado y la Guardia Nacional, cuyas corporaciones tampoco les son confiables a sus habitantes.
Hay cosas por arreglar y transcurre un segundo año de la administración de Lorena Alfaro y aunque haya estadísticas que no gusten e incomoden, si son un claro reflejo de que urgen cambios.
Un secretario distante de su sector
Es ‘atípico’ que el sector empresarial dé opiniones tan fuertes a prensa contra un secretario estatal, como las que han declarado los hoteleros de Guanajuato capital contra el secretario de Turismo, Juan José Álvarez Brunel.
Esto parece ocurrir, como han dicho muchas veces, pues ya no escuchan respuestas del titular cuando se lo manifiestan.
Es también inédito, que un secretario contradiga al sector con el que debería trabajar.
Después de que los hoteleros manifestaran una baja ocupación y y ausencia en la toma de decisiones de la promoción a nivel estatal, el secretario los contradijo y pidió hacer adecuaciones a sus números.
Aunque es raro que los hoteleros y la Sectur tengan tengan cifras distintas, pues todas deberían partir del mismo lugar, ¿no son los locatarios quienes viven y conocen mejor que nadie su negocio?
¿Por qué mentirían los hoteleros en su ocupación? Al fin de cuentas, son sus inversiones.
Al secretario no lo sirve mucho una confrontación con los hoteleros, son justamente ellos quienes conocen su sector.
