Son alrededor de seis mil colaboradores del Instituto de Salud Pública del Estado de Guanajuato que se encuentran sin base. No hay un futuro laboral garantizado, ni prestaciones, ni antigüedad, ni beneficios.
No hay justicia laboral para ellos, pese a que son trabajadores indispensables y a que han colaborado en momentos difíciles como la pandemia de COVID-19, su trabajo no merece la basificación “porque no hay recursos”.
Por desgracia, se trata de trabajadores meramente operativos, es decir muchos de ellos llevan la carga laboral activa: enfermeros, camilleros, técnicos que son los que día a día atienden a los pacientes, tratando de brindarles un buen servicio.
Las bases tienen un sentido elitista: “no hay médicos especialistas sin base”, reconoció Daniel Díaz Martínez, titular de la Secretaría de Salud.
La promesa es que antes de que concluya la administración todos tendrán base. Pero los meses pasan y pasan, las bases no llegan y sigue la angustia profesional.
Salamanca, el pacto con el Estado
Salamanca ha sido uno, sí, solo uno de los municipios de la entidad, golpeados por la ola de violencia, que ojo, azota a todo el estado de Guanajuato.
No obstante, este municipio en los últimos tres años tuvo la mala fortuna de quedar en medio de una disputa meramente política que no permitía al Estado involucrarse más allá en temas de seguridad, mientras que la exalcaldesa, Beatriz Hernández Cruz solo respondía con señalamientos de abandono y recurría a la Federación.
Ahora, y en representación del mismo partido de Morena, con el que Hernández Cruz encabezó la administración, llegó el alcalde César Prieto Gallardo, quien pese a las diferencias políticas no tuvo empacho en sentarse con el secretario de Seguridad Pública del Estado, Alvar Cabeza de Vaca Appendini para hablar de estrategias.
Ambos funcionarios ya se han reunido tres veces y por el bien de los salmantinos existe la esperanza de que no sean solo palabras.
De acuerdo con el secretario, los policías estatales nunca se ausentaron de Salamanca, pero después celebra que este municipio se haya sumado a la estrategia ‘correcta’ y que implica una coordinación con la Federación para cambiar la percepción de inseguridad.
Llama la atención que uno de los puntos a tratar sea la coordinación entre los tres niveles de gobierno, una súplica de empresarios y ciudadanos salmantinos, que pareciera ser una realidad.
