La Fiscalía de Carlos Zamarripa ha demostrado carecer de la capacidad de identificarse y compartir el sufrimiento y la desesperación que viven los familiares de Tomás Zavala Merino, desaparecido el pasado 16 de este mes.
El problema no es nuevo, Zamarripa y su equipo nunca han empatizado con los familiares de los miles de desaparecidos que hay en el Estado, así los han dejado patente cada uno de los colectivos de búsqueda que hay en la entidad.
Lejos de cumplir con una parte sustancial de su trabajo, la Fiscalía ha dejado de acompañar a las víctimas indirectas, de orientarlas, de mantenerlas informadas de estos desgarradores casos.
En el caso de Tomás, toda esta insensibilidad de la autoridad que debería de procurar justicia ha aflorado nuevamente, según lo ha denunciado Renata Zavala, su hija.
Renata, junto con familiares, amigos y el colectivo “Tomás Zavala” han salido en busca de Tomás, ante la indiferencia de la Fiscalía, que además les niega información.
Pero lo más grave no sólo es la falta de empatía de la Fiscalía con las víctimas, hay algo peor: la enorme incompetencia en hacer su trabajo sustancial: encontrar a los desaparecidos y lograr sentencias en contra de los victimarios.
Así de inexistentes nuestra Fiscalía y nuestro fiscal.
Favoritismo en la capital
El alcalde Alejandro Navarro negó que existía favoritismo hacia su hijo, Saúl Navarro Smith, tras entrenar en la presa de la Olla, sin embargo, las acciones del gobierno generan dudas nuevamente.
Con la inversión de 6 millones de pesos que se adjudicaron para mejorar el acceso que conecta el Hotel Camino de Piedra, propiedad de los hijos del alcalde, apunta a que podría tratarse de un conflicto de interés, aun cuando el titular de Obra Pública, Guadalupe Murguía que este fue pedido por una escuela de Valenciana, y que no llega hasta allá la pavimentación.
Lo cierto es que es difícil no ver un posible favoritismo cuando los recursos públicos se usan en obras que benefician a la familia del alcalde.
En ese sentido la transparencia es clave para que la ciudadanía mantenga la confianza en sus autoridades y recursos públicos deberían servir al bien común, no parecer estar dirigidos a los intereses privados de quienes tienen poder.