Este fin de semana, las imágenes de la calle Subterránea de Guanajuato capital dieron la vuelta al país por una tromba que causó tremenda inundación.
Hoy sabemos por la Secretaría de Seguridad Ciudadana que hay 30 vehículos que sufrieron daños por el agua y otros más que tuvieron que ser evacuados con grúa.
Hay que decirlo: no es la primera vez que la Subterránea se inunda; ocurrió ya en 2018, cuando se desbordó la Presa de la Olla y en 2021, por la acumulación de basura en las coladeras.
Uno pensaría que con estas malas experiencias, SIMAPAG tendría una estrategia eficiente para limpiar las coladeras y prevenir otra inundación o, cuando menos, Protección Civil tendría un plan para alertar a la gente al conocer qué tipo de lluvia caerá en la ciudad.
Cuánto le gusta cerrar calles al alcalde, pero en esta ocasión, falló.
Y es que la basura y el crecimiento desordenado de la ciudad siguen siendo uno de los grandes talones de Aquiles de esta administración. No sólo sigue habiendo déficit en camiones de recolección, sino que el sitio de disposición final sigue siendo un basurero a cielo abierto, hasta que no se quiera invertir para tener lo mínimo indispensable.
Sin denuncia no hay delito
Si no hay denuncias o reportes al 911, el delito no existe para la alcaldesa, Lorena Alfaro García, quien se lavó las manos al ser cuestionada sobre la demanda de seguridad de los locatarios de Los Portales del centro histórico ante las pérdidas económicas millonarias que han enfrentado, derivado de uno a dos robos que se registran cada semana, un problema que se intensificó los últimos meses.
Aunque al menos una locataria aseguró que sí denunció e incluso destacó, lo que nunca, la labor de la Fiscalía General del Estado, eso es lo menos importante, dado que el hartazgo llevó a esta Asociación de Comerciantes de Irapuato (ACI) a recurrir a las redes sociales para exigir vigilancia.
No obstante, como si se tratase de un favor, Alfaro García declaró que pidió el reforzamiento de la seguridad en el primer cuadro de la ciudad, una labor meramente preventiva que se supone debería estar considerada dentro de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Y es que esto sí le toca al Municipio, ese que buscó representar otros tres años más, y cuyas demandas ciudadanas deberían ser escuchadas, sin que se asuman como un tema personal o con otras intenciones.
Aunado a esto, la alcaldesa presumió que la policía atiende ante los llamados oportunos al 911, esto luego de que un grupo de comerciantes de otra zona distinta del centro pretendió dar una lección a un ladrón que fue sorprendido.
Desde el inicio de su administración lo que sí hay que atribuirle a Lorena Alfaro es su manera de concebir a una ciudad de ensueño, donde se escucha a los comerciantes que aplauden, porque los ‘otros’, esos no existen.