Al alcalde de Guanajuato capital, una vez más no le gustó que lo interrogaran los medios. Está vez los cuestionamientos fueron en torno a conocer si cuenta con la licencia y la capacitación necesaria para manejar una unidad de transporte público, como lo hizo el 4 de septiembre, en el tramo de la Presa de la Olla al barrio de Tepetapa.
Tras reconocer que no cuenta ni con la licencia correspondiente, ni con la capacitación que obliga la ley, el alcalde llegó a calificar las preguntas sobre ese tema como “sin sentido”, argumentando que hay cosas “bien sustantitivas”.
¿No será que lo que no tiene sentido es que el alcalde se dedique a operar una unidad de transporte público violando la ley, en lugar de dedicar su tiempo a los temas “bien sustantivos” del municipio?
Finalmente nadie debiera conducir ningún vehículo sin la licencia y la capacitación a que está obligado por ley, además de que los guanajuatenses de la capital lo eligieron como alcalde, no como chofer de transporte público al servicio de una empresa privada.
¿Castigo a Guanajuato?
Dentro de unos meses arrancará el 2020 y con ello, el segundo año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador y todo parece indicar que también será el segundo año de “castigo” para el presupuesto de Guanajuato.
De aprobarse como se pretende, entonces Guanajuato estaría recibiendo poco recurso para infraestructura y se repetiría lo que ocurrió en este 2019: se dejó de hacer obra pública.
Todavía no hay claridad en cómo estará el Presupuesto de Egresos de la Federación, puesto que se requiere análisis y discusión, hará falta que los legisladores por Guanajuato tomen en cuenta las necesidades del estado, y luchen para que el recurso llegue.
Ojalá los legisladores, sobre todo los que llegaron al poder de la mano de Morena, puedan entender que Guanajuato requiere recurso.
