Libia y Samantha, las ganadoras de la gubernatura y de la alcaldía de la capital, compitieron en fórmulas acompañadas de lo que queda del PRI y de un inexistente PRD.
¿Cuánto realmente aportaron esas alianzas? La respuesta es contundente: ambas candidatas hubieran ganado, aún sin las penosas alianzas que sus partidos hicieron.
A Libia, el PRD le aportó solo el 1.34 por ciento adicional; mientras que el PRI el 5.86.
Sin ellos, y sin contar los lastres que le restaron a la alianza, Libia de todas maneras ganó, solo con el PAN, por un 10 por ciento.
Esto quiere decir, que el PAN estatal calculó mal e hizo una alianza con un PRD que ya era inexistente en lo estatal, y que ahora además se volvió inexistente a nivel nacional.
En esas condiciones, ¿Qué puede pedirle el PRD a la futura gobernadora del Estado? Lo único que se nos ocurre, es que pida una disculpa. Una disculpa enorme, del tamaño de su fracaso, y sus dirigentes dedicarse a cualquier cosa, que no sea la política, pues nadie es líder de lo que no existe.
En la capital, los resultados no son muy diferentes. Samantha Smith, la candidata de esa coalición PAN, PRI y ¿PRD? Habría ganado con la sola votación de su partido.
Adicionalmente a lo logrado como panista, Samantha recibió el 1.5 por ciento de votos por el PRD y el 4.2 de parte del PRI.
Esa alianza con lo más rancio y podrido de la política partidista, le ha costado carísimo a Samantha y al PAN, pues a pesar de los vergonzosos resultados de sus aliados, van a lograr posiciones en el Ayuntamiento, como producto de la conformación de la planilla común, en una suerte de sobrerrepresentación en lo local, incluso en beneficio de un partido inexistente como el PRD, que al menos podría colocará a un regidor.
El PRI tampoco se queda atrás, pues como consecuencia de esa planilla conjunta, logra más posiciones, que las que tendrán PT y MC, quienes sacaron muchos más votos que el tricolor.
Esto se traduce en que el PAN estatal y el municipal de la capital, calcularon muy mal sus números, y en su miedo establecieron alianzas que no necesitaban para ganar y que ahora serán peores lastres de lo que han sido en la campaña y la elección de cada una.
En otros temas, el alcalde electo de Manuel Doblado, Adolfo Alfaro Reyes, ha señalado que la prioridad de su gobierno será un nuevo panteón y un nuevo relleno sanitario.
Algo debe de estar muy mal, pero muy mal en Manuel Doblado, para que la prioridad sea hacer un nuevo panteón.
En la capital, el regidor Carlos Chávez, luego de una larga modorra que impidió trabajar a la Comisión de Desarrollo Urbano, ha anunciado que es muy probable que el Plan Municipal de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial, ahora sí, alcance a ser aprobado en lo que resta de esta administración.
Tal parece, que el Ayuntamiento de Alejandro Navarro está dispuesto por fin a trabajar, con tal de tratar de dejarle menos problemas espinosos a Samantha Smith.
De ser así, que triste que esas sean sus motivaciones.
Para no perder la esperanza…
Del domingo electoral, a la fecha, no hubo cambios en la votación local al Senado.
Los ganadores son: el morenista Ricardo Sheffield y Virginia “Kikis” Magaña, ella por el Verde.
Como primera minoría será el panista Miguel Márquez, el gobernador del Estado de 2012 a 2018 y quien hizo creer en el PAN que él podía ganar con facilidad.
Pero no solo eso, hizo creer también que el PAN se la debía al supuesto liderazgo que supuestamente encabeza.
Nada más falso. El candidato que ganó la gubernatura en 2012, ya no tuvo el arrastre para ganar el Senado para el PAN, para él y para quién él impuso como compañera de fórmula: Adriana Rodríguez.
A pesar de ello, y como la vergüenza es algo raro en la política, Márquez será senador.
Entre los ganadores destaca Kikis Magaña, la militante que logra el cargo de mayor relevancia alcanzado por el Partido Verde, desde Guanajuato.
Y es que hay qué decirlo, Morena hizo una muy buena combinación de perfiles.
Kikis Magaña, la candidata a la que el Verde le impidió pelear la gubernatura y la alcaldía de León, logró, gracias a ella misma, ganar un lugar en el Senado.
Magaña, puede ser que no solo haya superado a Márquez y su enorme ego, sino también al Partido Verde.