Los número de Alvar.
Hoy nuestra portada está dedicada a una numeralia de los 12 años de Alvar Cabeza de Vaca, como secretario de Seguridad Pública del Estado.
El más dramático y relevante son los 23 mil 656 homicidios dolosos y 225 feminicidios en Guanajuato.
Terminaron los informes municipales.
Disfrazados de rendición de cuentas y transparencia, los alcaldes y alcaldesas de los 46 municipios del Estado rindieron su tercer y último informe de gobierno.
Muchos de ellos en dos eventos. Uno ante en el seno propio de cada Ayuntamiento, y otro la gran fiesta en la que se celebra el día del alcalde o alcaldesa, en el que se echa la casa por la venta, con un impresionante gasto de recursos públicos.
No cabe duda que hay simulaciones y anacronismos a los que se aferran nuestras y nuestros políticos.
Los que se van y los que llegan.
El jueves próximo inician o reinician administraciones municipales.
Por citar algunos casos: en León, Irapuato, Salamanca y San Miguel de Allende repiten quienes presidieron el Ayuntamiento los tres años anteriores.
En la capital y Celaya, entran una alcaldesa y un alcalde nuevos, respectivamente.
Todas las administraciones tienen como uno de los retos principales lograr la paz en sus municipios.
En algunos casos como Salamanca y Celaya, lograrlo se ve muy complicado.
Celaya tiene rato siendo unos de los municipios más violentos del Estado y del país, y la administración entrante parece apostar sólo a que la federación, por ser del mismo partido político, le resuelva ese y otros grandes problemas.
Por su parte Salamanca padece un desgobierno desde hace tres años y todo supone que así seguirá en la continuidad que ofrece César Prieto.
León e Irapuato seguirán enfrentando también problemas como contaminación, movilidad, desarrollo urbano, entre muchos otros.
Hay que recordar que León es una de las ciudades que más pobreza concentra, por lo que urgen políticas públicas, desde lo local, para revertir esa situación de miles de sus habitantes.
En la capital, Samantha Smith tiene que varios grandes pendientes dejados por la administración de su esposo.
El transporte público, la limpieza, su recolección y el tratamiento de ella, la inseguridad, el desorden urbano, la protección de los cerros circundantes al casco histórico y un sin fin de tema que no fueron atendidos en los últimos seis años.
Regresando a temas celayenses, resulta que las autoridades municipales quedaron atrapadas en la semántica, con tal de no entrar a fondo en el tema de los centros de rehabilitación (anexos).
La Dirección de Desarrollo Urbano ha otorgado “vistos buenos”, pero no permisos, según asegura la misma dependencia.
Pero además, aseguran que los esos vistos buenos (lo que eso quiera decir), ha sido para centros de desintoxicación y no para centros de rehabilitación.
Vaya manera de evadir atender un tema de tanta trascendencia.