Los Ayuntamientos y los alcaldes son los únicos que pueden sancionar a los sectores que incumplan con las medidas de sana distancia, sobre todo aquellos que no tienen protocolos pese a la contingencia sanitaria y viven en la informalidad,
Aunque eso ya lo sabíamos y poco ha servido que cada ciudad establezca sanciones, por ejemplo para aquellos que no usan cubrebocas, nuevamente la Secretaría de Salud de Guanajuato deja en manos de los municipios el aminorar la movilidad, misma que ha acrecentado de forma gigante los contagios y la letalidad.
Aunque los sectores de hoteles, servicios, turismo, bares y cantinas hicieron un llamado a las autoridades, sobre todo las sanitarias, a que exista un piso parejo con otros negocios que no han invertido en sus protocolos, lo único que parecen hacer las distintas autoridades locales es pedir el favor, sin aplicar sanciones.
Daniel Díaz Martínez, secretario de Salud políticamente correcto, agradeció a la Secretaría de Gobierno el que los deje acercarse con cada municipio pero… la realidad es que los municipios poco hacen, y al Estado sólo le queda esperar a que los ciudadanos tengan ‘un buen comportamiento’.
También imagine que se aplican sanciones ¿alcanzarían los operativos para acabar con los desobedientes? por supuesto que no, no hay ni tiempo, ni personal que ajuste.
Por ahora lo único seguro es que el semáforo rojo y esa alerta máxima seguirá, probablemente por todo enero, y hasta que no desciendan los contagios.
La esperanza de derrotar al COVID
La esperada llegada de la vacuna de Pfizer para protegernos del coronavirus es una realidad en Guanajuato.
La vacuna abre una brecha histórica en México y en el Mundo, por supuesto en Guanajuato, y da esperanza para salir de esta crisis pandémica.
La vacuna en la entidad trae varias incógnitas; por una parte la distribución de la misma para el personal médico, la población vulnerable y la población en general, sobre todo porque se requiere de dos dosis, y por otro lado el tiempo en el que se alcanzará en Guanajuato la inmunidad de rebaño.
Se necesita de cerca de cuatro millones de dosis de Pfizer aplicadas para que alcanzar ese término.
La vacuna, si bien significa una esperanza para acabar con la pandemia, sin duda podría ser un motivo para que la ciudadanía se confíe y relaje todavía más las medidas sanitarias, lo cual abonaría a un panorama todavía obscuro para todos.
Mientras llegan las dosis restante, que no será en corto tiempo, lo único que nos queda es seguir cuidándonos, y prevenir desde nuestra trinchera el que condenado virus siga avanzando.
Ayer fue un día para celebrar, pero la lucha aún no termina, y mucho menos la guerra.
