El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública publicó las cifras de muertes de mujeres en los primeros dos meses del año.
Los datos son muy duros. En Guanajuato murieron, de manera dolosa 57 mujeres. Esto es una diariamente.
Analizar ese dato, con perspectiva de género haría suponer que se trata de 57 feminicidios, y no uno, como recientemente lo ha sostenido la Fiscalía.
El feminicidio representa la expresión más brutal de la violencia en contra de las mujeres, por lo que cualquier diferencia obligaría toda la atención del órgano responsable de la procuración de justicia.
No se trata solo de “tener otros datos”. Se necesita explicar con amplio detalle cómo es que 56 de esos homicidios no fueron clasificados como feminicidios.
Ocultar, maquillar y minimizar estas cifras representa una omisión que trata de invisibilizar estos hechos y evidencia la ineptitud de la Fiscalía, pues impide además que se prevenga, investigue y juzgue con todo el rigor que la ley y la sociedad exige, simplemente por tener una estadística a modo.
La capital sufre un cableado obsoleto
Hace más de treinta años, cuando el gobierno de Guanajuato capital lo encabezaba Tomás Zavala se inició un programa para que el cableado, al menos de la zona Centro, se reinstalara pero de manera subterránea.
El programa se continuó en las administraciones de Arnulfo Vázquez Nieto, logrando un avance significativo en la seguridad y la descontaminación visual que produce ver los enormes tendidos y nudos de un sin fin de cables de diversos servicios.
Bastó muy poco tiempo para que los viejos y los nuevos servicios de cableras, Telmex, la CFE y cuantos quisieran se volvieran a colgar de todos los postes que hay en la ciudad.
Eso ha provocado una acumulación peligrosa en varios lugares, con toda la complacencia de la autoridad municipal.
Ni siquiera luego de generarse un incendio en las paredes exteriores del Café Tal, los cables han sido retirados.
Protección Civil, que ni cuenta se había dado del riesgo, apenas ha girado solicitudes para que esos particulares y dependencias quiten sus cables.
Así las autoridades municipales de la capital, en total indiferencia, por decir lo menos.
