En Guanajuato, la agenda legislativa del PAN parece más preocupada por las espuelas de los gallos y la suerte del toro que por los derechos de las mujeres o de la comunidad LGBTIQ+.
¡Vaya si hay contraste en esta legislación!
La bancada panista ha dejado claro la resistencia de avanzar en temas como el aborto o el matrimonio igualitario por convicciones personales, pero cuando se trata de prohibir peleas de gallos, señala el miedo de legislar y aun así defender la tauromaquia,
La ironía se presenta a la conveniencia de legislar, pero sin hacerlo pues no hay problema en dejar sin protección legal a las mujeres, ni en seguir negando a las parejas del mismo sexo el derecho a casarse, pero en el tema de violencia animal hasta deja ver una noción de identidad cultural.
Al final legislar con miedo o por conveniencia no es legislar con responsabilidad y en Guanajuato, la tradición pesa más que la igualdad… y eso sí debería dar miedo.
Temor sin resolver
Desde hace poco más de tres semanas que alumnos de tres escuelas ubicadas en Cañada del Real, recibieron amenazas que han acrecentado el temor entre la comunidad estudiantil y los padres de familia.
Ayer, al sentirse ignorados, padres de familia y alumnos de la escuela primaria María Grever solicitaron nuevamente, que las clases se trasladen a un modo remoto, pues consideran que el entorno es inseguro para el desarrollo de las actividades escolares, principalmente del turno vespertino.
Cuando estas amenazas se hicieron públicas, tanto la Secretaría de Educación de Guanajuato como las autoridades municipales, señalaron estar al tanto e implementar un operativo de seguridad durante las horas de entrada y salida de los turnos escolares, con la finalidad de garantizar la tranquilidad de padres y alumnos.
Una tranquilidad que no llega, pues pese a estos esfuerzos, los padres de familia aseguran que no existen las condiciones de seguridad para que los niños y jóvenes vayan a las escuelas.
Al exterior de los planteles educativos, la vigilancia de las autoridades de seguridad pública se ha acrecentado y al interior, la SEG asegura que se han hecho acciones preventivas como charlas y campañas de prevención del delito. Negándose así a que las clases se realicen de manera remota.
Una cuestión sensata, hace pensar que si las autoridades hubieran detectado alguna amenaza seria, las clases se habrían suspendido presencialmente; aunque el razonamiento también podría hacer creer que después de la pandemia y la molestia que generaron las clases a distancia, los padres de familia y alumnos no seguirían pidiendo irse a casa, si no existiera un riesgo.