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domingo, abril 20, 2025

Libia con García Harfuch

Desde el 2018, Guanajuato ha adolecido de inseguridad: homicidios, desapariciones, extorsiones comenzaron a la alza.

Todo el sexenio pasado, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador no hizo más que señalar todo lo negativo que ocurría en la entidad y como “apoyo” enviaba elementos del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional.

Apenas van unos días de las nuevas administraciones, en lo federal con Claudia Sheinbaum y en lo estatal con Libia García, y ya ocurrió lo que en los seis años anteriores fue imposible: una reunión entre el Secretario de Seguridad del Gobierno Federal y autoridades de Guanajuato, es decir, el indicio de lo que podría ser un puente de cordialidad y trabajo en equipo,

La gobernadora Libia García acompañada por el Secretario de Seguridad y Paz, Mauro González, se reunieron con Omar García Harfuch y en esta reunión, se acordó un despliegue conjunto de ambos niveles de gobierno para fortalecer la seguridad en Guanajuato.

Esto marca una diferencia significativa en el trato que el anterior Gobierno Federal dio a Guanajuato, donde solamente se señalaba y reprochaba.

Si bien en su primera “mañanera”, Claudia Sheinbaum habló de la inseguridad de Guanajuato, da gusto saber que además de señalar, también hay un guiño de que ahora la federación colaborará a una adecuada atención de la entidad.

Claro que eso ya el tiempo lo dirá.

Lujos y caprichos

La entrega de una camioneta Chevrolet averiada por parte del exdiputado Gerardo Fernández González es un claro ejemplo del abuso de recursos públicos que algunos legisladores cometen sin ningún remordimiento.

La Cheyenne, cuyo costo fue de un millón 180 mil pesos, fue devuelta al Congreso local con daños que ascienden a los 24 mil pesos.

Lo irónico es que Fernández no solo intentó adquirir la camioneta durante su gestión, sino que ahora, al finalizar su mandato, la devuelve en mal estado, sin siquiera haber certeza que el uso de los bienes públicos fueron para su trabajo.

Este tipo de situaciones pone en evidencia el nulo trabajo legislativo de algunos diputados, quienes parecen más preocupados por los lujos que pueden obtener en el cargo que por cumplir con sus responsabilidades.

La posible compra de más camionetas para la Junta de Gobierno y Coordinación Política deja la percepción de caprichos y excesos, cuando el enfoque debería estar en resolver los problemas reales de la ciudadanía.

Lo más preocupante es que estos lujos se disfrazan como necesidades, en un estado donde las demandas sociales quedan en segundo plano.

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