El conflicto del ruido que generan diversos bares y terrazas en Guanajuato capital no logrado ser controlado.
Es más, tal parece que no se ha logrado siquiera que las autoridades se interesen realmente en controlarlo.
Así, han desoído los permanente reclamos que se hacen en redes por grupos como “Guanajuato sin ruido”.
Las dependencias municipales se echan la bolita para justificar su desatención, y en el mejor de los casos invocan reglamentos que establecen un nivel máximo de decibeles
Al marcar un límite de decibeles, surgen dos problemas no resueltos: ni siquiera se cuentan con suficientes aparatos para medirlos, y además, las condiciones en las que se transmite el ruido son diferentes de lugar a lugar.
Ante tales omisiones de la autoridad habrían surgido posibles soluciones ciudadanas como la del propietario de un inmueble en la céntrica zona de El Campanero, que según se dice ha dado un ultimátum a quienes renta el lugar: o bajan el ruido o rescinde el arrendamiento.
No cabe duda, en la medida que crezcamos como ciudadanía seremos una mejor sociedad, aunque no necesariamente tendremos un mejor gobierno.
La urgente discusión técnica por la salud
Todo indica que será hoy, cuando los 10 gobernadores emanados de Acción Nacional hagan pública su contrapropuesta al Insabi.
La opción que presentarán los gobernadores panistas viene de mesas de trabajo encabezadas por sus secretarios de Salud.
De ahí que lo que se esperaría es el resultado de un análisis técnico, no político y mucho menos partidista.
No hay que olvidar que se trata de un debate entre casi la tercera parte de las entidades federativas con el gobierno federal, y que cada uno de los estados tiene circunstancias propias en cuanto a sus servicios de salud.
Precisamente por eso no se termina de entender cuál es la participación de Marko Cortés, el líder de Acción Nacional, queriendo ser protagonista.
Tal parece que Cortés no ha querido desaprovechar los reflectores que se prendieron, lo cual es una lástima, pues su presencia no sólo no abona al tema, sino que pone en riesgo el trabajo hecho por cada una de las diez entidades y sus equipos.
Toca que discutan los gobiernos, no los partidos, al final de cuentas, son los propios estados y la federación, no Morena, ni el PAN, quienes tienen que garantizar la gratuidad de los servicios de salud para todos, lo cual es un tema de equidad social urgente en nuestro país.
