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viernes, abril 26, 2024

Los globos no van al cielo

En los últimos años se popularizó que los niños envíen su carta a los Reyes Magos utilizando un globo, pero por desgracia los globos no van al cielo.

Según distintas investigaciones, los globos apenas pueden elevarse un par de kilómetros, después se vuelven parte de los desechos plásticos que contaminan tierra y mar. Se sabe que es más probable que un ave pueda morir intoxicada al intentar tragarse una parte de un globo, que otros elementos hechos de plástico rígido.

Con el inicio de 2020, muchas cadenas comerciales y de autoservicio dejaron de entregar bolsas plásticas como parte de las medidas de conservación ambiental. La medida ha sido bien aceptada por una parte de la población pero hay otra que todavía opone resistencia.

En este contexto para intentar la reducción del uso de plásticos, la costumbre de enviar la carta amarrada a un globo, continúa siendo una constante.

Y aunque distintas dependencias como la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial y algunas campañas municipales animaron a los papás para pedirles a los niños que escribieran la carta, la enviaran por correo, la dejaran en un buzón o junto al zapato; hubo declaraciones desafortunadas como la de Marisela León Alfaro, integrante del Patronato de la Cabalgata de Reyes en Irapuato, quien se atrevió a afirmar que los globos no contaminan.

“Era una belleza ver esa nata de globos subir y ustedes mismos lo constatan como se veía a la hora que iban acercándose los Reyes y aquella nata de globos al cielo no. Si ustedes investigan por Internet fácilmente les va salir: El látex es biodegradable entonces no daña el Medio Ambiente”, declaró la regidora.

Y aunque el látex sí es biodegradable, el proceso lleva muchos, muchos años, a los que habría que sumarle los procesos químicos por agregarles tintas y plastificantes, lo cual retarda el proceso considerablemente más.

Pirotecnia, otro contaminante

No importa cuánto se advierta sobre lo peligroso que es, o sobre los efectos adversos que tiene sobre algunas especies o en general en el medio ambiente; el uso y quema de pirotecnia continúa siendo una constante en los municipios.

No sólo se trata de la pirotecnia que se vende de manera ilegal, en los tianguis, en puestos clandestinos o casas, sino también de la que las propias autoridades autorizan usar en fiestas patronales o festivales, y sobre todo, aquella que se paga con recurso público para ser utilizada en celebraciones oficiales.

Los operativos para el decomiso de pirotecnia no resultan suficientes, por más que se logren resultados que se presumen como positivos, tal y como ocurre en el municipio de León, en donde en los últimos dos años se han logrado incautar hasta 2 toneladas; o como pasa en Guanajuato, que el cobro para la quema de pirotecnia aumentó en un 800 por ciento.

La mala calidad del aire después de cada festividad, el estrés al que son sometidos algunos animales, así como los accidentes a causa de la pirotecnia, demuestran que este es un tema en donde todavía existen muchas deudas.

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