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viernes, marzo 29, 2024

Los impactos de la COVID-19 en la educación

Aunque en Guanajuato pareciera que ya no se respeta la sana distancia y muchos sectores económicos se han reactivado, todo parece indicar que el sector educativo continuará realizando sus actividades de forma remota.

Cuando se suspendieron las clases, durante la última semana de marzo, se esperaba que las actividades presenciales se retomaran apenas unas cuatro semanas después, pero el ciclo escolar tuvo que retomarse con actividades a distancia -en algunos casos vía Internet, otros con programas de televisión y unos más mediante cuadernillos-.

Sin embargo, los contagios por COVID-19 no bajan, por el contrario la curva se ha mantenido en ascenso. Sin duda, uno de los ámbitos en donde pudieran darse mayor número de contagios es el educativo.

No sólo en el nivel básico, sino también en las distintas universidades, suelen verse salones atiborrados de alumnos, que tienen gran interacción en espacios comunes. Esto podría dispersar el virus con mucha facilidad y generar un nuevo brote.

Las universidades están tomando, cada una, sus propias previsiones. Hay desde las que volverán a distancia como la UG, hasta quienes sí regresarán a las aulas, como el IPN -debido a lo prácticas que suelen ser las carreras que ahí se imparten-.

Pero estas decisiones tendrán otros impactos, como el económico en el caso de Guanajuato capital, que padecerá afectaciones por la ausencia de aproximadamente 14 mil estudiantes foráneos que no regresarán el próximo semestre y además del personal que también integran la comunidad universitaria.

Mención aparte la posibilidad de que se dé una baja en la matrícula de alumnos, que seguro preferirán perder el semestre o cuatrimestre que continuar con la educación a distancia.

Debe el gobierno a los policías

No sorprende el hecho de que 131 elementos de Policía de León retornaran a la Dirección de Tránsito Municipal por estar “desmotivados” para intervenir en una emergencia policial.

En el contexto de violencia que vive Guanajuato, sobre todo al colocarse como el estado con más ataques a policías a nivel nacional, es comprensible que los efectivos leoneses no se sientan motivados a ser parte de los cuerpos de respuesta ante un crimen.

Lo preocupante aquí es que, entonces no se ha logrado dignificar el trabajo de estos elementos de seguridad, que más allá de percibir un sueldo atractivo, piden equipo, armas y una capacitación eficiente para atender una emergencia o incluso, reaccionar ante un ataque.

Si bien, León no es un municipio donde se registre un número alto de asesinatos de policías, sí es la demarcación que más efectivos necesita de acuerdo al índice poblacional.

La administración de León, así como muchas otras, tiene el reto de llenar el déficit de elementos para reforzar la seguridad ciudadana, lo que necesariamente implica dotarlos de las herramientas necesarias para que hagan bien su trabajo y se sientan parte de una causa, un oficio y al mismo tiempo se sientan motivados para ser policías.

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