Recientemente en Celaya desaparecieron siete mujeres; seis de ellas al mismo tiempo y otra más mientras se encontraba en la búsqueda de las otras. Cinco ya fueron identificadas en una fosa clandestina.
Este es el claro ejemplo del peligro que la población ha experimentado en los últimos años en Celaya, por desgracia, la violencia se recrudece si se trata de mujeres. Es así, como en este municipio, desde enero de 2015 a la fecha, se suman 32 feminicidios.
Y sin duda que la cifra crecería si se cuentan todos los homicidios dolosos cometidos contra las mujeres. Una clasificación del delito donde posiblemente vayan a ser catalogadas las muertes recientes y tan sonadas de estas mujeres celayenses.
Por desgracia, la situación en Guanajuato es peligrosa para todas, pues en los ocho últimos años se suman 151 casos de feminicidios, entre ellos se cuentan muertes como las de Abril y Claudia -mujeres leonesas asesinadas por sus respectivas parejas el pasado 14 de febrero en hechos distintos-.
Los otros que incumplen protocolos
En nuestra columna de ayer comentamos, entre otros, el incumplimiento de Secretaría de Educación del Estado de los protocolos de atención a víctimas de acoso y hostigamiento en diversos planteles educativos, lo cual ha significado la atención inadecuada y que no haya garantía de que hechos como los que se han denunciado, no se sigan repitiendo.
Sin embargo, tras la postura que nos ha hecho llegar esa dependencia a nuestra redacción, resulta que el entramado es más complicado, al menos en el caso de los Cbtis, pues involucra a autoridades federales, que como tales centralizan está problemática en la Secretaría de Educación Pública, al ser la instancia “competente” de acuerdo a la legislación; pero obviamente incompetente en cuanto a la solución de estas situaciones.
Al final de cuentas, lo repetimos, el problema de estos niños, niñas y adolescentes, no solo no se resuelve, sino que se repite una y otra vez, además de queacaba en una revictimización.
