El transporte público de la capital es uno de los más rezagados del Estado, en todos
sentidos.
Por ello el municipio y la ciudad Patrimonio de la Humanidad padecen un obsoleto
servicio, en el que se reúnen además los vicios de las relaciones entre el poder político y el
económico.
Tal vez a eso se deba que los y las concesionarias siempre encuentran un pretexto para no
cumplir las leyes, al menos las que les imponen obligaciones.
Ahora es la pandemia la que -supuestamente- les ha impedido renovar las unidades que
ya cumplieron su vida útil, lo cual suena a que sus planes de negocios y especialmente los
de inversión, son muy malos
Nadie duda que la crisis económica que ha generado la contingencia les ha afectado
también a ellos, pero al no sustituir los camiones obsoletos, lo que piden no solo es violar
la ley, sino que sus usuarios -sus clientes- corran los riesgos de trasladarse en vehículos
que no debieran estar en circulación.
Así andan los niveles de responsabilidad social de los concesionarios del transporte
público en Guanajuato capital.
Novela en tiempos de COVID
El coronavirus se mantiene como una amenaza letal, y en Guanajuato la vida de los ciudadanos está en juego ante los focos de infección que la propia autoridad permite.
Resulta que la producción de Juan Osorio regresó a la Capital Cervantina de América y Ciudad Patrimonio de la Humanidad para retomar grabaciones de su telenovela `Qué le pasa a mi familia´ en medio de un semáforo rojo y cuando las alarmas se han encendido por un sistema de salud agotado y a punto de ser rebasado.
Sí, es la misma producción que en noviembre pasado también provocó aglomeraciones en las locaciones del centro histórico de Cuévano, sin que las autoridades hicieran nada.
En esta ocasión no fue diferente. En la emblemática Plaza del Baratillo, una de las principales locaciones, se aglomeraron decenas de personas, que no respetaron la sana distancia.
Y ¿Dónde estaba la administración de Alejandro Navarro?
La ausencia de una autoridad y su tardía reacción podría costar aún muchas más vidas en un Guanajuato, donde “la vida no vale nada” como dice José Alfredo Jiménez.
Alejandro Navarro y sus directores, como el ausente titular de Desarrollo Económico y Turístico, Daniel Gutiérrez, podrán decir que las grabaciones de la telenovela traerán beneficios al municipio por la promoción que tendrá la ciudad y la reactivación económica. Claro, a largo plazo.
Y sí, podría haberlos a largo plazo, pero hoy, la gravedad de la contingencia y los miles de contagios tendrían que obligar a las autoridades municipales a asumir la responsabilidad y anteponer la vida de los ciudadanos, como ha dicho el propio Navarro.
