No es nuevo que la ciudadanía tenga miedo de realizar una denuncia ante las instancias oficiales, es decir nuestras autoridades. No es nuevo, pero sí es preocupante.
Las no denuncias hacen aparecer la conocida cifra negra; delitos que sí existen pero de los que no se tiene registro porque no hay registro oficial.
Así pasa en Celaya, o eso podemos concluir entre la actualización de cifras del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública y lo que ayer informó la comisionada de Seguridad, Sophia Huett López.
Desde agosto que “explotó” el tema en el municipio no se ha podido conocer con exactitud el número de comercios, empresarios o microempresarios afectados por las extorsiones y pese a ello la autoridad dice que sube o baja.
Las cifras del Secretariado hablan de un caso en agosto y cinco más en septiembre, quiere decir que el ciudadano no denuncia o que definitivamente alguien se equivoca.
La promesa del estado es que todo sea anónimo por el miedo (totalmente entendible) que tienen los empresarios, pero eso no significa que en el Secretariado no lleven una cuenta.
Algo no termina de encajar en el acercamiento y confianza que deben dar las autoridades a todos los ciudadanos, y esto no se refleja más que en las cifras. ¿Por qué si estamos siendo víctimas de un delito, no denunciamos?
Por más que pidan confianza en los elementos, de qué forma la tienen que dar para que la situación en realidad mejore.
Quizá el Estado podría informarnos los resultados en detenciones sobre los extorsionadores, y que la gente vea que de verdad está pasando algo si denuncia y pasa los engorrosos procesos ante un ministerio público.
Vendría bien saber que en Celaya y en el resto del Estado empiezan a cambiar las cosas, al menos en cuanto a extorsiones.
Contra Hugo Estefanía
Hugo Estefanía Monroy está en la mira de la Fiscalía General del Estado y no sólo por el delito de abuso de autoridad, por el cual ya fue vinculado a proceso, sino que también se le está investigando por presuntos nexos con un grupo delincuencial.
Al exalcalde de Cortazar y exdirigente del PRD se le escuchó en una llamada telefónica con ‘El Puma’, uno de los líderes del Cártel de Santa Rosa; y desde entonces, públicamente se reconoció que podrían estar relacionados.
La Fiscalía General del Estado ya logró vincularlo por un delito, pero lo que realmente les interesa es poder comprobar su relación con organizaciones criminales.
En tanto, el exalcalde se pasea despreocupado y finge que no le interesan los líos en los que podría meterse… ¿Será que está de moda desafiar a la autoridad?
