A ver, nos quedamos en que Morena buscaba la unidad para derrotar al PAN en el estado y convertirse en la primer fuerza política.
A eso vino la presidenta del Consejo Nacional de ese partido el sábado a Silao pero vaya que se llevó una sorpresa porque unidad fue lo que menos encontró e interés por ella, menos.
Resulta ser que un grupo de personas recibió al diputado local, Ernesto Prieto Gallardo con una lona diciendo entre otras cosas que es un corrupto y demás.
Bueno, ayer Ernesto Prieto con un semblante de decepción acusó a la dirigente estatal, Alma Alcaraz de ser la responsable de la manifestación en su contra al evidenciar que la relación entre ambos militantes está por los suelos.
Incluso, Prieto Gallardo dijo ser víctima de violencia política por parte de Alcaraz y otro grupo de personas allegadas a ellas.
Total que por ahora el diputado parecer la víctima del cuento, pero aún así insiste en que seguirá buscando la unidad en su partido que de verdad parece lejana.
Entonces si los planes de Morena son realmente dejar al PAN, deberá tener una estrategia alternativa porque si lo quieren hacer desde su propia militancia ese sueño quedará lejos.
Contraloría azul en Guanajuato
Los funcionarios panistas de la capital son incapaces de investigar a sus cuates.
El contralor Luis Eduardo Enríquez Chico ha puesto en evidencia que él y el órgano de control interno, son un mero títere que solapa los casos de corrupción de la actual administración.
Para muestra, el sonado caso de supuesta corrupción en el que estaría involucrada la regidora del PAN, Margarita Rionda, quien fue señala por su exasistente Michelle Luna por desviar recursos de la partida de Apoyos Sociales para sus gastos personales.
Las omisiones del flamante contralor capitalino ponen en tela de juicio la autonomía y la fiscalización del buen uso de los recursos públicos que debería de tener, al enfocar su trabajo en investigar un supuesto robo entre particulares que no trascienden en el interés público, y solo para dar contestación a una solicitud enviada por la regidora.
La Contraloría Municipal parece convertirse entonces en una Agencia del Ministerio Público que investigará la posible comisión de un delito, pero no en contra de la hacienda municipal, sino del patrimonio personal de Rionda Salas.
Eduardo Enríquez ni siquiera dejó en un segundo plano una auditoría, que por oficio debió de haber iniciado tras la denuncia pública que la exasistente hizo en contra de la regidora panista por malversar los recursos con fines políticos.
En Guanajuato capital la Contraloría Municipal, que parece recibir órdenes del alcalde Alejandro Navarro, está lejos de ser “la caja de cristal” que debería ser, y su papel no puede ser más irónicamente azul.
