El reciente multihomicidio en León, en el lugar donde momentos antes estuvieron elementos de la Guardia Nacional, ha puesto nuevamente en duda la funciones de esta fuerza armada.
Aunque el hecho podría apuntar a un involucramiento, lo cierto es que tampoco se puede asegurar que lo hubo.
De ahí que surge la necesidad de que se explique de manera transparente su presencia en el lugar y, más aun, sus funciones.
Lamentablemente, al ser una figura que sería juzgada por tribunales militares a los cuales los ciudadanos no tienen voz ni voto, ni acceso a las resoluciones, solo se depende de la voluntad del gobierno federal de darlo a conocer.
El papel de la Guardia Nacional es crucial para asegurar paz, no para generar miedo o abuso de poder, pero lamentablemente su operatividad resulta opaca, y sin dar los resultados esperados, pese a que incluso se presuma coordinación e inteligencia.
En Guanajuato no es la primera vez que se evidencia la poca efectividad de la Guardia, pues ha protagonizado escándalos como el asesinato de un estudiante de Irapuato, incluso el abuso de poder en las calles, como el que muestra nuestra portada de hoy.
Ante este contexto, es vital mejorar la coordinación entre los tres niveles de gobierno para evitar vacíos, como los existentes en la seguridad carretera, en donde empresarios han llamado a la urgencia de que ahí exista presencia ante el aumento de asaltos.
Está por acabar el sexenio que la creó y, en su continuidad como partido político, es necesario exigir resultados concretos y transparentes en seguridad pública, y no aceptar la falta de responsabilidad y eficiencia en todas las áreas donde la Guardia Nacional opera.
Alma, la ganadora que pudo ser
Alma Alcaraz, la excandidata morenista a la gubernatura del Estado, perdió la elección y se va quedando cada vez más sola.
Una suma de decisiones personales la han alejado de quienes originalmente la apoyaron, de su propio partido y de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
Luego de ser acompañada en la candidatura por Ricardo Sheffield, en algún momento otras voces la hicieron creerse ganadora prematuramente -desde antes del 2 de junio- y entonces decidió distanciarse del otrora titular de la Profeco.
Ahora, su actual acompañamiento con Malú Mícher y el grupo de los Prieto, la han llevado a impugnar la elección, lo que inevitablemente constituye una enorme contradicción.
Resulta que en la misma jornada electoral e incluso en las mismas casillas en las que Sheinbaum ganaba la Presidencia, Ricardo Sheffield y Virginia Magaña eran favorecidos con el Senado, varios de las y los candidatos de Morena ganaban diputaciones y alcaldías, en esas mismas casillas -a decir de Alma-, se manipulaba la elección para llevarla a la derrota.
Alma parece ir contra viento y marea de los y las candidatas de su propio partido, y poner en duda los resultados que ellas y ellos obtuvieron.
Lo más irónico, es que Alma tuvo todo para ganar.
Esta elección como ninguna de las anteriores en las que ha ganado el PAN la gubernatura, se sabía apretada, y con riesgo de perderla el oficialismo local; pero Alma se saboteó. Fue contra el partido y contra su propia candidatura.
No es casual que la votación lograda por Alma haya sido de casi 300 mil votos menos que la obtenida por Claudia Sheinbaum en el Estado. La diferencia tan grande se explica, no por fraudes, sino porque Alma decidió hacer una campaña flojísima, de pocos eventos, tal vez creyendo que el crecimiento de Morena y de la misma Sheinbaum la iban a hacer ganar.
En resumen, la respuesta que está buscando Alma, es muy probable que esté en su propia displicencia, de la que ahora tiene que rendir cuentas ante la propia Claudia Sheinbaum, su partido y quienes la apoyaron.