La oposición está pidiendo la cabeza del secretario de Seguridad del Estado, Alvar Cabeza de Vaca. No es la primera vez que lo hacen, pero sí la primera vez en la que dentro de la solicitud no se encuentra el nombre de Carlos Zamarripa Aguirre.
A Zamarripa Aguirre mucho se le culpó del incremento de la violencia en Guanajuato, cuando su trabajo poco tiene que ver con la prevención, sino que se enfoca en el seguimiento e investigación de delitos ya consumados.
No es que se defienda a Zamarripa, pero hay que dejar claro que para que la Fiscalía General trabaje, primero se debió cometer un delito. Y lo que se necesita en Guanajuato es que los delitos disminuyan. Ahí es donde viene la prevención y donde entra parte del trabajo de la Secretaría de Seguridad Pública.
El Partido Verde y Morena ahora critican el trabajo de Alvar Cabeza de Vaca y piden el despido del funcionario que ya está cursando su segundo sexenio en el cargo.
El funcionario estatal respondió con una indirecta muy directa, para pedirle a los legisladores que no segreguen y que mejor construyan y unan.
PRI retrasa su reclamo por El Zapotillo
Es bien fácil criticar cuando se es oposición y no asumir las consecuencias cuando es gobierno. La muestra de esto fue el posicionamiento que emitió el Grupo Parlamentario del PRI, en donde se señalan totalmente a favor del proyecto de la presa y acueducto El Zapotillo y culpan al gobierno federal de trabarlo.
El PRI de Guanajuato dice que Andrés Manuel López Obrador está teniendo una ‘consideración desmedida’ por los habitantes de Temacapulín y los pueblos de Jalisco que podrían ser inundados con este proyecto.
Sólo hay que recordarle al PRI que El Zapotillo tiene 14 años ejecutándose, y que durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto, nada se hizo para poder destrabar esta obra que se prometió, estaría concluida a más tardar en el 2018.
Obviamente no concluyó, es más, durante el sexenio priista la obra se estancó aun más y surgieron graves problemas con Abengoa, la empresa española a quien se le dio la licitación para ejecutar el proyecto.
Lo malo es que el gobierno de Peña Nieto no tuvo ninguna consideración con los habitantes de los pueblos alteños, pues ellos siguen sin saber qué pasará con sus comunidades; y tampoco ninguna consideración con los pobladores de Guadalajara o de León, que tampoco saben qué pasará con el abastecimiento de agua en los próximos años.
A los del PRI les hace falta que les recuerden que antes de criticar, hay que actuar. Ojalá hubieran hecho ambas cosas en el sexenio pasado.
