Guanajuato capital tendrá, por tercera vez consecutiva, prácticamente a los mismos contendientes por la alcaldía.
Como hace seis años, en la boleta electoral estarán Alejandro Navarro, Roberto Loya y Edgar Castro.
Hace tres la papeleta sufrió una pequeña modificación, pues el lugar de Edgar Castro fue tomado por la -hasta entonces panista- Ruth Lugo, como una forma de Gerardo Sánchez de pretender tomar la capital.
Y aunque Loya tiene que ganar antes la contienda interna de Morena, no se duda que pueda hacerlo, pues como el mismo presume: tiene en su currículum partidario una foto con el presidente.
Seguramente las opciones reunirán también a Israel Cabrera, por el Partido Verde y Christian Ortiz, por Movimiento Ciudadano. Del primero se dice que va como comparsa del PAN, y que ya hasta tiene pactada una Dirección General en el gabinete de Navarro; del segundo, leal a Castro Cerrillo, solo aspira a regresar a la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Así la pobreza de propuestas para los capitalinos; así la crisis de los partidos, incapaces de proponer algo y a alguien diferente.
¿Benditas redes sociales?
Durante mucho tiempo, al menos para Andrés Manuel López Obrador, las redes sociales fueron “benditas”. Eran una de sus grandes apuestas para comunicar, además de las mañaneras.
Lo fueron hasta que tanto Facebook, como Twitter sancionaron a Donald Trump y bajaron sus mensajes.
El hecho, al menos para AMLO y Morena fue considerado como censura de los dueños de esas plataformas, pretendiendo olvidar que estar en ellas es un acto voluntario y un contrato -aunque sea de adhesión- entre particulares.
Lo que llama la atención de la iniciativa morenista de regular las redes, es que puede traducirse en pretender ser ellos y nos las comisiones internas de las plataformas, los que ejerzan tal censura, con tal de que vuelvan a ser “benditas”
Si el asunto es legislable, no debe serlo a partir de la incomodidad que le causa al presidente.
