El actuar de Raúl Montero de Alba como procurador de los Derechos Humanos del estado de Guanajuato pareciera haberle quedado grande.
Desde un principio fue muy criticado que los diputados que encabezaban la Legislatura pasada, se hubieran inclinado por su perfil y se habló de una terna a modo para que el Ombudsman fuera dócil y protegiera al gobierno estatal.
Una vez en el cargo y pese a la experiencia que Montero de Alba ya tenía como subprocurador, parecía que titubea a en sus acciones y determinaciones. Aunque se creyó que esto podría deberse al cambio y a no estar expuesto al escrutinio mediático, la actitud del Ombudsman no ha tenido un cambio.
Un caso que ilustra esta situación y la falta de firmeza en las investigaciones y resoluciones de la Pdheg, es justamente la investigación que se realiza por el asesinato de Leonardo Reyes Cayente, un joven que presuntamente fue abatido por elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado.
Raúl Montero nunca aceptó una reunión privada con los familiares de Leonardo pese a la insistencia de los mismos.
Han pasado 4 meses y la Pdheg no se ha pronunciado al respecto, pese a que desde finales marzo, se había anunciado que se agotó el tiempo de prueba y la revisión de las mismas.
La familia de Leonardo sigue esperando que alguna autoridad se pronuncie y la Pdheg no parece tener prisa en emitir una resolución.
