Tras las multitudinarias manifestaciones del domingo en prácticamente todo el país y el histórico paro de mujeres de ayer, la inevitable pregunta es ¿Qué sigue?
Las mujeres han vuelto a manifestar su hartazgo hacia gobiernos incapaces de diseñar y aplicar políticas públicas que de verdad las protejan en una sociedad que sigue siendo profundamente machista.
El paro de ayer, aunque no fue total, marca un parteaguas en la lucha feminista.
No sólo se trata de la demostración obvia que sin ellas no se puede. Sin ellas este país no lo es.
Por eso mismo, quien crea que hoy México regresa a la “normalidad”, o que al despintar inmuebles marcados por las marchas, retomamos el rumbo, entonces no ha entendido que se ha convertido en parte del problema, no de la solución.
Rectifica el municipio
Luego de que el secretario de Seguridad Pública de León, Mario Bravo Arrona, no sólo anunciara que estaban analizando la posibilidad de denunciar penalmente a las participantes en la marcha del pasado domingo que hubiesen realizado las pintas de inmuebles sino que incluso exhortara a la ciudadanía a que hiciera lo mismo, finalmente rectificó y anunció que no emprenderán tales acciones.
Tarde, pero afortunadamente dieron marcha atrás. Hubiera sido lamentable que la autoridad no entendiera los extremos del enojo feminista, ante su enorme pasividad.
Obvio es que resulta polémico el que haya pintas y destrozos en las marchas; pero nada de ello se compara con la extrema violencia que sufren cada día cientos de mujeres en este país.
Si hay una agresión que no vamos a tolerar, que sea la que sufren las mujeres.
