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jueves, abril 18, 2024

¿Quién necesita protocolos?

Tienen toda la razón los colectivos feministas que ayer hacían énfasis en que no se requieren protocolos para que la autoridad haga lo que tiene que hacer.

Simplemente se necesita que el gobierno sea gobierno; que nos proteja, porque cuando no es capaz ni siquiera de protegernos de su actuar, entonces se pervierte el sentido y la razón de ser de la autoridad.

No somos los ciudadanos los que tendríamos que exigirle que haya protocolos, es el gobierno mismo el que debería saber como actuar.

Si un policía no sabe qué hacer ante una manifestación, simplemente no debe serlo.

Si un policía lo es para poder abusar de su poder y acosar y hostigar a una joven, entonces no debería serlo.

Si un secretario de Seguridad no sabe procesar el enojo social que se hace evidente en una manifestación, entonces no debe de serlo.

Pero si ellos -la autoridad- considera que necesita protocolos para ejercer su función, lo menos que podemos esperar es que los cumplan.

Ni a la escuela, ni al antro

El ciclo escolar 2020-2021 inició a distancia en todos los niveles, y la Secretaría de Educación Pública ya señaló que no será hasta que el semáforo esté en verde, cuando vuelvan las clases presenciales. Esta medida tiene el objetivo de prevenir contagios de coronavirus y evitar que niños y jóvenes propaguen el virus entre sus familiares.

No va ni una semana de ciclo escolar y los estudiantes ya constituyen el tercer sector con más casos de coronavirus positivos en Guanajuato, incluso por encima de personal médico que atiende directamente a pacientes positivos.

La Secretaría de Salud del Estado los tiene catalogados como “estudiantes” pero la brecha de edad entre ellos puede ser muy amplia, desde preescolares de 3 ó 4 años, hasta quienes estudian nivel superior y estén en los veintitantos.

Son estos últimos, los que están en un estado vulnerables, pues las reuniones entre amigos, en restaurantes e incluso en antros que operan disfrazados de sitios de venta de comida, van en aumento.

¿De qué sirve que las escuelas lleven las clases a distancia si los jóvenes terminarán reuniéndose en un antro?

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