Guanajuato es una de las entidades que se ha tardado en regularizar las plataformas de hospedaje, tales como Airbnb.
Es una tarea que parece complicada, pues ni las autoridades de los municipios tienen idea de cuántas habitaciones, departamentos o casas se ofertan mediante esta modalidad. Por tanto, esta información también es desconocida para los legisladores y los pone en aprietos cuando se trata el tema.
Hace un año, ocurrió una explosión en una habitación que se rentaba mediante Airbnb en la zona de Tepetapa en Guanajuato. En esta tragedia fallecieron 3 estudiantes y una más quedó lesionada. La plataforma no se ha hecho responsable por este accidente y todo parece indicar que no lo hará.
Los familiares están a la espera de una indemnización y los legisladores, de manera particular el panista Miguel Ángel Salim, ha insistido en que si esta plataforma no se hace responsable de lo ocurrido, pedirán a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que no la deje operar en la entidad.
Pero, ¿cómo se exige algo que no está regulado? Al no contar con una legislación, es extremadamente difícil saber dónde empieza la responsabilidad de la plataforma y dónde la del host o persona que da el hospedaje, quien tenía a su cargo la responsabilidad de las instalaciones del espacio que se rentó.
Lo que ocurrió en Tepetapa fue una desgracia que no debería volver a ocurrir, pero ni por lo grave del asunto, las autoridades municipales y el Congreso Local le han puesto empeño para desatorar esa legislación, en claro perjuicio de los usuarios.
Sin miedo a la pandemia
La advertencia ya se dio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al coronavirus una pandemia. Es una realidad.
El director general de la OMS, el doctor, Tedros Adhanom Ghebreyesus señaló en un discurso:
“«Pandemia» no es una palabra que deba utilizarse a la ligera o de forma imprudente. Es una palabra que, usada de forma inadecuada, puede provocar un miedo irracional o dar pie a la idea injustificada de que la lucha ha terminado, y causar como resultado sufrimientos y muertes innecesarias”.
En México, la palabra pandemia, sin embargo, parece no tener la importancia necesaria para el gobierno federal, pese al incremento repentino de casos positivos, y para la ciudadanía hay división, pero sí para su propia gente.
Hay quienes, como la Federación, no parecen preocupados por el tema y tienen resistencia por atender las medidas de prevención y están los que, más allá de acatarlas, ya se preparan para la cuarentena en sus casas.
La división está presente. Ésta se puede deber a la desinformación que hay sobre el COVID-19; y por la tranquilidad con la que lo toma el presidente Andrés Manuel López Obrador; o bien, porque hay datos que sustentan que esto avanza y es necesaria su contención.
El COVID–19, sea como sea, representa un reto para la sociedad y el gobierno. Es en estos casos cuando tiene que prevalecer el orden y el respeto. El gobierno debe garantizar que quienes estén contagiados serán atendidos, y la sociedad debe apostarle a la prevención.
El director general de la OMS, también agrega: “todos los países están a tiempo de cambiar el curso de esta pandemia”. Es urgente que seamos parte de ese cambio, como sociedad y como gobierno.
