Ahora el alcalde irapuatense, Ricardo Ortiz Gutiérrez pone condiciones para acatar las recomendaciones de la Procuraduría de Derechos Humanos del Estado de Guanajuato y por lo que declaró, pareciera que ni siquiera las ha leído detalladamente, pues según él, no les han solicitado una disculpa pública.
Sobre este último punto negó que hubiera cuestiones de soberbia y orgullo para pedir una disculpa pública, pero sí debe ser complicado cuando se trata de defender lo que es indefendible.
Y es que pareciera que el alcalde espera se absuelva al policía, que fue vinculado a proceso por su presunta participación en el delito de homicidio calificado en agravio a un menor de 12 años y homicidio calificado en grado de tentativa contra un joven de 17 años.
Cree en el policía identificado como Pedro ‘N’ y los compañeros que aparentemente le encubrieron durante el operativo que se llevó a cabo aquella tarde del 31 de mayo en la colonia Las Américas, movilización que obedeció al robo de un tinaco, cuya víctima habría sido una exelemento de la corporación.
Aún así asegura que no es un acto de soberbia.
Lo cierto es que la Fiscalía tiene una investigación en sus manos, la Procuraduría de Derechos Humanos tiene otra, ambas basadas en las declaraciones de familiares, amigos y vecinos de las víctimas, pero el alcalde sigue sin creer ni aceptar que entre las filas de la fuerza policial, tiene malos elementos.
Cómo va aceptar eso, si le dijeron que la Secretaría de Seguridad Pública ha sido administrativamente correcta, y ha cumplido con los 45 compromisos firmados con el Consejo Estatal de Seguridad Pública y le han hecho pensar que le dejará la vara alta a la próxima administración.
Sin embargo, es evidente que lo administrativamente correcto carece de resultados en materia de seguridad para los ciudadanos que andan a pie y son testigos de los homicidios dolosos registrados durante su sexenio, uno de éstos el de Cristián ‘N’ de 12 años, quien murió al recibir un disparo, aparentemente en manos de un policía.
Las autoridades deben cuidar a los docentes
El regreso a clases siempre estuvo en duda, tanto por los padres de familia, como por los propios docentes. Ahora que esto es un hecho, la duda y el miedo continúan.
La petición de los docentes, sobre que se les aplique una segunda dosis de CanSino sin duda debe de tomarse en cuenta, y no por las dudas que causó al principio por su efectividad, sino porque la autoridad, al obligarlos a estar presentes en clases, sí o sí, debe de garantizarles la mayor protección posible.
El regreso a clases se da en un contexto donde los casos por coronavirus van a la alza en Guanajuato y en el País con una tercera oleada, misma que ha demostrado, en un bajo porcentaje, que incluso con la vacuna aplicada, se han registrado infectados y también lamentables decesos.
De ahí la necesidad de que la Federación haga caso a dicha petición, y así su decisión de regreso a clases, no se convierta en un problema sanitario más.
