Todo fue que su inseparable amigo, José Luis Romero Hicks se creyera con suficiente fuerza en el CEN del PRI para colocarlo en los primero lugares de las listas plurinominales del Estado, para que la emoción de Sánchez Benavides se desbordara.
Lamentablemente para su causa, esas candidaturas se decidieron entre la dirigencia estatal y la nacional, beneficiando a los nombres de la primera, lo cual lo excluyó, al menos hasta este momento.
Esta manera de decidir las pluris, sobre todo por la inclusión de Ruth Tiscareño, quien ni siquiera parece cumplir el requisito de residencia, ha vuelto a agraviar a muchas mujeres priistas. Muchas de ellas lastimadas también hace tres años, cuando el PRI decidió otorgarle la candidatura a la alcaldía de la capital a una panista: Ruth Lugo.
Así, la base del enojo se centra en ella, pues los demás son priistas guanajuatenses, con más o menos méritos que cualquiera que los quiera impugnar.
Sin embargo, Sánchez Benavides vio la oportunidad de colarse ayer, en una reunión de mujeres priistas inconformes con la candidatura de Tiscareño, para llevar su propio descontento y tratar de tumbar de la lista a Alejandro Arias.
Una vez más, en una protesta de mujeres vuelve a parecer la expresión del patriarcado, a través del hombre que se quiere colar y liderar la rebelión, obviamente para su beneficio personal.
Primera semana de campaña
Sin pena, ni gloria ha trascurrido la primera semana de campañas para la renovación o reelección de Ayuntamientos en los 46 municipios.
Tal vez lo más destacado, es que al término de la primera de 8 partes, no se han acabado de definir a algunos contendientes, ya que el IEEG invalidó 11 planillas de Morena y algunas más de otros partidos.
Esto es, en el tiempo electoral, que trascurre rapidísimo, ni siquiera se ha completado el abanico de opciones para el electorado. Hay que esperar los lentos tiempos de los tribunales, que pudieran marcar una desventaja en la competencia.
Aunque se trata de campañas diferentes, marcadas por la pandemia, en realidad lo que el electorado está escuchando de unos y otras, son los mismos lugares comunes, las mismas propuestas vacías, las mismas promesas que cada tres años.
Ante una sociedad cada vez más harta de sus políticos, éstos no parecen cambiar. Reafirman que no son diferentes a lo que han sido por décadas. Incluso los partidos más nuevos, toman los peores vicios de los más viejos.
