Guanajuato enfrenta una triste realidad con la inseguridad.
A pesar de las estrategias de seguridad defendidas por las autoridades, la violencia sigue en aumento, llevando consigo un preocupante incremento en los homicidios.
Cuando estas estrategias no funcionan, se suele hablar de remover a los directores de seguridad para poner a alguien que refuerce la lucha contra el crimen.
Sin embargo, en Salamanca, la situación es distinta. Este municipio cumplirá en septiembre un año sin titular en la Dirección General de Seguridad, tras la renuncia de Alejandro Flores Jiménez, quien dejó su cargo al afirmar que no existían las condiciones necesarias para trabajar en esa área.
Y mientras tanto, los homicidios no han cesado, y los salmantinos sigue esperando no solo la designación de un nuevo director, sino también resultados concretos en la mejora de la seguridad.
La seguridad es un tema demasiado sensible para ser postergado. No puede haber tiempo fuera cuando se trata de la vida y bienestar de los ciudadanos.
El primer periodo del presidente municipal, César Prieto Gallardo, está por concluir, y aún esta a la espera de la recomendación del gobierno federal para el candidato a la Dirección de Seguridad.
Mientras esto ocurre, la violencia en Salamanca corre el riesgo de agraverse, pero por ahora, los ciudadanos tendrán que esperar las medidas urgentes para restaurar la paz y la confianza en el municipio.
El cuento tumbado
Después de muchos enredos y con muchas dudas aún de cómo se dieron los permisos, finalmente el concierto del rey de los corridos tumbados, Natanael Cano, en el parque José Aguilar y Maya, se canceló.
Tras reiterar nuevamente que él no tuvo nada que ver, Alejandro Navarro hizo hincapié en que la investigación que él mismo pidió a la Contraloría, sigue en pie.
Sin embargo, con un contralor “a modo”, la expectativa de lo que arroje esa investigación no es que se revele cómo se dieron los permisos, ni cómo es que los organizadores empezaron a vender los boletos antes de tener todas las autorizaciones municipales. Lo que se espera de la Contraloría es que haya una narrativa medianamente creíble, y así como en los cuentos, que tenga un villano y un salvador.
El chivo expiatorio, ya se rumora desde hace días que será el titular de la COMUDEG: Efraín Huerta, quien hasta ahora no ha tenido nada que ver en este tema, pues es el Consejo y no el director quien da el permiso. ¿Por qué él? El propio Navarro lo ha explicado: el Consejo Directivo de la COMUDEG, es un organismo autónomo. Efraín es al único al que el Gobierno Municipal tiene competencia de sancionar. Por eso.
Como la heroína secreta, tenemos a la alcaldesa electa: Samantha Smith, quien todavía no entra en funciones, pero a quien le vendría bien iniciar con el pie correcto.
Samantha declaró que ella le dijo a Navarro que estaba en contra del concierto. Por supuesto, aclarando que esto no influyó en nada y que todo fue una decisión de los organizadores y de la COMUDEG.
Samantha cuenta que escuchó a los manifestantes en contra del concierto y que está de acuerdo con ellos: el Aguilar y Maya debe usarse sólo para eventos deportivos.
Pero ¿y su “informe” del DIF celebrado en ese mismo campo deportivo? Para eso no hubo una respuesta tan elaborada como la historia que se pretende imponer. Samantha responde que la situación fue diferente, pues todo el daño que pudo realizarse durante su informe se esfumó, cuando se renovó el pasto en el estadio.