El secretario de Seguridad Ciudadana de Celaya, Jesús Rivera Peralta, se despide de su cargo con un discurso que resalta avances en infraestructura y tecnología, pero que ignora la cruda realidad de la delincuencia en el municipio.
Jesús Rivera presume mejoras como la videovigilancia, drones y equipo policial, pero estos esfuerzos no lograron frenar la creciente violencia ni mejorar la percepción de seguridad en la población. La realidad es que, bajo su gestión, los habitantes de Celaya continuaron viviendo con miedo y bajo el control de la delincuencia.
A pesar de los recursos invertidos y de la colaboración con el Estado y la Federación que presumió, los hechos demuestran que la administración nunca fue capaz de revertir la situación de inseguridad.
Los “datos duros” que menciona Rivera Peralta, aunque puedan mostrar ciertos avances operativos, no reflejan la sensación de abandono que prevalece entre los ciudadanos y policías, quienes siguen enfrentando altos índices de criminalidad.
Lo más preocupante es la falta de autocrítica.
Celaya sigue siendo un municipio golpeado por la violencia, y ningún discurso optimista puede esconder esa realidad.
Los compromisos de los y las diputadas
Luego de dos semanas de haber iniciado la nueva legislatura estatal, los siete partidos políticos representados en el Congreso del Estado, tomaron la tribuna para expresar las buenas intenciones que, según ellos marcarán la agenda común.
Los temas recurrentes fueron: combatir la inseguridad, la violencia de género, garantizar los derechos humanos y disminuir la brecha de desigualdad, entre otras.
En el discurso todos los temas suenan bien, pero al momento de aterrizarlos en iniciativas y leyes, no se ve cómo.
Lo explicamos: el combate a la inseguridad es una asignatura muy grave, pero operativa, que por tanto corresponde poco a Poder Legislativo atender.
Un caso similar es atender la violencia de género, porque leyes ya tenemos, sin embargo al momento de aplicarlas, las autoridades fallan y se sigue violentando a las mujeres.
Si se trata de hablar de derechos humanos, es claro que hay discordancias graves entre algunos de los grupos parlamentarios. Por ejemplo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha determinado que es derecho de la mujer gestante decidir sobre la interrupción de su embarazo, pero a pesar de ello, al menos el PAN se los niega y no legislará sobre ello, a pesar de ser un derecho.
Otro ejemplo es el de regular adecuadamente el matrimonio en toda la legislación, para que quede claro que el mismo se puede celebrar por personas del mismos sexo, sin embargo el mismo PAN se niega también a legislar sobre ello.
Así podríamos abordar muchos temas más y se vería que en lo sustancial, hay incoincidencias insalvables.
Sería más claro que cada grupo parlamentario se posicionara sobre esos temas que son controversiales, que simplemente usar una retórica muy anacrónica.