Luego de que a finales del año pasado, Claudia Susana Gómez López, rectora general de la Universidad de Guanajuato decidiera no renovar el contrato que esa casa de estudios tenía con Roberto Beltrán Zavala, como director artístico de la Orquesta Sinfónica (Osug), se generó una importante polémica en el medio cultural, pues el trabajo de Beltrán Zavala había sido muy destacado al frente del grupo artístico más importante de la colmena.
La polémica trató de ser zanjada por la rectora en una entrevista que dió meses después a Zona Franca, en la que explicó que el ciclo de Beltrán “había terminado”, aunque evidentemente ello no explicara como se medía ese ciclo y por qué se decidió terminar.
Pero Gómez López agregó algo más interesante en esa entrevista. Dijo: “Algo que siempre me ha llamado la atención es que nunca ha habido (en la Osug) una directora titular”.
Esta reflexión viniendo de la primera rectora electa para un periodo completo, hacía pensar que en su proyecto estaba nombrar a una mujer, lo cual hubiera sido, efectivamente, histórico.
Pero la intención de seguir rompiendo techos de cristal se quedó solo en en palabrería, pues la rectora decidió nombrar a un hombre: Juan Carlos Lomónaco.
Y no es que se pongan en duda los méritos de Lomónaco, que son muchos; sino que la rectora general simplemente ha perdido una oportunidad, que parecía deseada por ella misma: seguir escribiendo la historia de la Universidad, con “A”, de rectora y de sinfónica.
Guardia Nacional en Salamanca
Cuando la Guardia Nacional asumió la seguridad en el municipio de Celaya, lamentablemente se observó un aumento en los homicidios dolosos en dicha demarcación.
Ahora, es el municipio de Salamanca quien tendrá la seguridad en manos de la Guardia Nacional mientras se termina de realizar la revisión del armamento.
Es indispensable que en esta ocasión, las fuerzas federales trabajen de manera coordinada con el gobierno estatal y prioricen acciones de prevención para evitar una escalada de violencia similar.
La Guardia Nacional ha demostrado cierta ineficiencia en materia de seguridad, pero esta podría ser una oportunidad perfecta para que las fuerzas armadas demuestren lo contrario.
La ciudadanía salmantina, que anhela recuperar la paz, espera que durante el tiempo que la Guardia esté al frente se obtengan resultados tangibles en la lucha contra la inseguridad.
Este esfuerzo no debe limitarse a Salamanca, sino extenderse a todo el estado de Guanajuato, donde el despliegue de las fuerzas armadas debe ser coordinado entre los tres niveles de gobierno.
El reto es claro: reducir los homicidios dolosos y detener a los responsables, respetando los derechos humanos de los ciudadanos y logrando que Guanajuato vuelva a ser un lugar seguro.