La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) por el INEGI arrojó un dato que la alcaldesa de Irapuato, Lorena Alfaro García, parece subestimar: ocho de cada diez habitantes consideran que su ciudad es insegura.
En su respuesta, la alcaldesa defiende las cifras oficiales, señalando que Irapuato no está entre los primeros lugares en homicidios, y que los índices han mejorado en algunos aspectos.
Pero aquí radica la ironía: la percepción de seguridad no es algo que se determine únicamente desde el gobierno ni se limita a estadísticas de homicidios. Es la ciudadanía, en su vida cotidiana, quien mejor conoce lo que significa sentirse seguro o no. Y en este caso, la percepción pesa más que las cifras.
Decir que la situación ha mejorado porque los indicadores lo sugieren es dejar de lado una realidad que afecta directamente a las personas.
No basta con mostrar avances en números si los habitantes siguen sintiéndose inseguros.
El miedo a la delincuencia no desaparece con estadísticas favorables, sino con acciones concretas que devuelvan la tranquilidad.
Más allá de la defensa oficial, lo que realmente importa es cómo se sienten los ciudadanos, quienes, en su mayoría, siguen sin sentirse a salvo en su propia ciudad.
Efecto Dopler en Celaya
Quien alguna vez no perdió su libro de matemáticas para no hacer la tarea y luego apareció debajo del sillón.
Si esta práctica infantil es familiar sería irónico que de adultos con una responsabilidad asumida y sobre todo de bienes municipales, las cosas se sigan perdiendo.
Este fenómeno, del objeto que desaparece sin saber cómo, cuándo, dónde, por qué y de quién, para luego aparecer u obtener algún beneficio, es conocido como Efecto Dopler.
Durante la administración municipal 2021-2024, fueron varios los objetos (equipo) de policía que se dieron de baja por extravió como esposas, fornituras, cascos, toletes.
Pero perder sin saber cómo un dron de última tecnología, con mira telescópica de 2 kilómetros de alcance, la batería y mando todo con valor superior a 1.5 millones de pesos, sin duda es culpa del Efecto Dopler.
Eran tres drones como parte de los vehículos blindados Yagu, cada uno con valor de 4,7 millones de pesos, equipo que solo unos cuantos exfederales sabían operar, personal de confianza de Jesús Rivera Peralta, ex secretario de Seguridad Ciudadana de Celaya y quien firmó la garantía.
Seguramente ese libro de matemática cuando los padres preguntaban con castigo de por medio, aparecían inmediatamente.
Pero como no hay quien castigue, porque no hay responsables, objetos se seguirán perdiendo en cada administración municipal, hasta que la Auditoría Superior del Estado o en dado caso, el nuevo gobierno siga los sencillos pasos para encontrar lo perdido: Ordenar aquello que veamos fuera de su lugar, revisar si está escondido en el lugar correcto, lo más posible es que esté muy cerca de donde creemos que está, revisar paso a paso lo que hemos hecho y dejar de distraerse para encontrarlo.