Lamentable, Samantha Smith comenzó su primer día como alcaldesa comprobando que “tiempo de mujeres” no significa tiempo de feminismo.
El compromiso que hizo ayer por la madrugada con las mujeres capitalinas se convirtió en letra muerta en menos de ocho horas, al proponer a Julio César García como presidente de la Comisión de Igualdad de Género.
Y es que en 2017, el entonces regidor del PRD fue separado de su cargo para ser investigado por ejercer violencia contra su novia; decretándosele después dos años y ocho meses de cárcel. El ahora morenista nunca pisó la prisión, pero su sentencia permaneció firme en todo momento.
Esta historia la conoce Samantha Smith, pues ocurrió justo cuando ella y Julio César eran ediles.
Resulta por eso impensable que en estos tiempos de presunto cambio, Julio César fuera siquiera considerado por Morena para ser regidor, y ahora, como compitiendo por quién toma la peor decisión, propuesto por Samantha para ser no solo parte de la Comisión de Igualdad de Género; que resulta ya un disparate, sino su presidente.
En un contexto de haberse decretado una Alerta por Violencia de Género en el estado, una política que en términos coloquiales reconoce que el gobierno ha sido incompetente para dar solución a la problemática; el Ayuntamiento capitalino consideró que el perfil mejor preparado para presidir sus esfuerzos en revertir esta problemática, es un hombre con antecedentes de violencia contra las mujeres.
La justificación de Samantha alegando una “reivindicación” es bastante estéril al recordar que buena parte de su campaña se basó en apelar —con justa razón— que un deudor alimenticio —ahora comprobado— fuera candidato a la alcaldía.
Que este disparate haya ocurrido es irrespetuoso con las décadas de lucha feminista en conseguir derechos políticos, y hace pensar que quizá todos partidos políticos (pues ningún edil refutó en lo más mínimo ante la propuesta), realmente usan la carta de género como oportunismo electoral, en lugar de un genuino compromiso.
Matrimonio igualitario, la ideología vs la disciplina.
Con una nueva iniciativa para establecer en la ley el matrimonio igualitario, sumada a dos presentadas con anterioridad, en el Congreso las cosas se ven un tanto complicadas para el PAN, pues surge la duda si prevalecerá la ideología albiuazul de la defensa de la familia o imperará la disciplina que los ha distinguido históricamente y respaldarán a la gobernadora Libia García y sus muestras de apoyo a la comunidad LGBTIQ+.
Este miércoles 9 de octubre, se presentó una iniciativa para establecer en la ley el matrimonio igualitario, que se suma a las que presentaron Morena y el Partido Verde en la anterior legislatura, las cuales se han mantenido en la congeladora.
Libia García, quien se ha caracterizado por ser “rebelde” al conservadurismo panista, al menos en algunas ocasiones; durante su campaña manifestó su apoyo para la comunidad LGBTIQ+, y como toque adicional, aún en funciones de secretaria de Gobierno, en diciembre de 2021 giró un ordenamiento para que el Registro Civil realice matrimonios igualitarios sin necesidad de un amparo.
Es sabido que históricamente, las bancadas panistas en el parlamento local, han sido “disciplinadas” y suelen acompañar sin regateo aquellas propuestas emanadas de los gobernadores.
Acertado el comentario de Juan Pablo Delgado, presidente de Amicus; organización defensora de los derechos de las personas de la diversidad sexual; en que lo más congruente para el panismo en el Congreso sería respaldar el apoyo que ha mostrado Libia García a la comunidad LGBTIQ+.
Aquí es donde el panismo podría enfrentar una de las grandes batallas internas de la legislatura, pues si bien es sabido que hay diputadas y diputados, que al menos en una escala menor han dado indicios de apoyo a la comunidad, los sectores más conservadores seguramente se opondrán a la iniciativa.
¿Se impondrá la mano de la gobernadora sobre los sectores más conservadores del panismo? ¿La histórica disciplina panista al Ejecutivo se manifestará una vez más?, estos serán algunos de los puntos centrales de la disputa interna del PAN ante una nueva iniciativa que, por todos es sabido, les resulta incómoda.