- A CIENFUEGOS, NI CON EL PÉTALO DE UNA ROSA
- BOTELLO VS AM, OTRO EVIDENTE ATAQUE A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
- PRI Y PRD, ¿LA UNIÓN DE ‘DOS PERDEDORES’?
- CANNABIS: NO HAY DESPENALIZACIÓN REAL
- LOS ÍDOLOS QUE SE VAN, ERNESTO CANTO
A Cienfuegos, ni con el pétalo de una rosa
En lo que tiene todas la traza del más lamentable acto de impunidad en lo que va de este sexenio, el gobierno mexicano acabó negociando con la justicia americana, la libertad del general Salvador Cienfuegos.
A decir de la Fiscalía de los Estados Unidos, los cargos se retiraron no porque no fueran lo suficientemente sólidos, sino por razones diplomáticas, ante el enorme enojo de la DEA, quien fue la agencia encargada de la investigación en contra del exsecretario de la Defensa Nacional y quien habría sido amenazada de ser retirada de territorio mexicano, en caso de insistir en la acusación. De por medio habrá estado, en lo externo, la falta de reconocimiento al presidente electo Joe Biden, inclusive no tomarle la llamada; y en lo interno largas horas de tensión con la cúpula castrense nacional, que ha mostrado no sólo su gran poder, incluso por encima del presidente de la república, sino ser intocables.
No, no se puede tratar de un acto de soberanía y afrenta al ejército, como lo ha dicho el presidente.
Si Cienfuegos cometió delitos que trascendieron a otro país y por los cuales debería ser juzgado, no debió liberársele. Máxime cuando en México ni siquiera hay visos de una carpeta de investigación que haga perder el sueño del general.
Así, no se atenta contra nuestra soberanía, pero tampoco contra el ejército. Se afectaría, en todo caso, la enorme corrupción que puede haber en nuestras fuerzas armadas.
Pareciera que Andrés Manuel López Obrador ha hecho un pacto en el inferno, acordando con una administración americana que está agonizando y dando patadas de ahogado y con las más altas esferas de la milicia nacional.
El mayor logro diplomático de esta administración es la impunidad.
Botello vs AM, otro evidente ataque a la libertad de expresión
Es indudable que la demanda de 300 millones de pesos que la alcaldesa Bárbara Botello Santibáñez, reclama como daño moral al Periódico AM, es sumamente desproporcionada. Es precisamente esa desproporción la que provoca la percepción inmediata de un ataque contra la libertad de expresión, pues al final la amenaza de una deuda tan grande no es para dejar de lado.
Al dar conocer su defensa legal, el diario argumentó que eran sus diversas investigaciones las que motivaron la arremetida de la alcaldesa. Horas después, el equipo de la exedil precisó que se trata de una columna de su director, Enrique Gómez Orozco, que dentro de su espacio Perspectivas, hacía aparentes cálculos sobre las cantidades que Botello habría malversado.
Por ello salta a la vista la querella presentada por la también expresidenta del Colegio de Abogados de León, pues nuevamente hablamos de un ciudadano emitiendo una opinión, que más ella de acertada o sustentada, la esgrime como parte de su derecho a la libertad de expresión.
El acoso legal desde el círculo político contra analistas, académicos, activistas y periodistas, es una práctica real que ha permeado a todos los niveles y alcances en México. Es en todo caso, la forma postmoderna para buscar reprimir los intentos de uso de ese derecho a disentir y expresar lo pensado contra un gobernante en turno o ya sucedido.
El contenido del Periódico AM puede o no gustar, pero al final se debe defender su derecho a expresarse, pues cualquier periodista o medio de comunicación está expuesto a arremetidas legales como la de Botello Santibañez, que en el monto reclamado se mide el tamaño de la fuerza que busca inhibir esa libertad.
Ignorar lo anterior, sería consentir el uso de este tipo de artimañas en otros escenarios y con otros actores políticos, que sí se encuentren en pleno uso de funciones.
PRI y PRD, ¿la unión de ‘dos perdedores’?
¿Qué hacen los partidos políticos cuando a la ciudadanía ya no les interesa seguirlos y no creen en sus propuestas? pues se alían para tratar de aumentar sus votos.
Esto es lo que plantea la alianza que proyectan PRI y PRD para el próximo proceso electoral.
La coalición de dos partidos que en antaño fueron protagonistas, parece un medida para la supervivencia para los perredista y una acción desesperada de los tricolores para evitar un descenso peor en las preferencias electorales.
Las dirigencia de ambos partidos han considerado la integración para las elecciones intermedias de 2021, aún no lo formalizan y tampoco lo descartan. El PRD tiene abiertas sus opciones al PAN y a PANAL.
Y es que los comicios del 2021 será fundamental para las definiciones en 2024, ambos partidos quiere evitar el crecimiento de Morena porque a ninguno de los dos les conviene.
Recordar que Morena provocó la caída del segundo al tercer lugar en preferencias del PRI, el tricolor va a pelear contra otros partidos, contra el desgaste por institucional y la desconfianza ciudadana.
Por ahora, ambos necesitan asegurar diputaciones locales y federales y ayuntamientos para acomodar a sus de sus colaboradores cercanos, pero también para abrirse camino hacia las elección de la gubernatura.
Pese los malos resultados, el PRI alcanzó cuatro diputaciones plurinominales en 2018 y en los municipios tiene 11 alcaldías, no puede permitirse disminuir esta presencia, pero sin acompañamiento será difícil lograrlo.
Para el PRD el 2018 tampoco fue bueno, aunque se compartió boletas con el PAN, ganó pocos espacios, quedó desdibujado al grado de quien fuera el dirigente perredista solo alcanzó un grado de asesor en Palacio de Gobierno.
El Sol Azteca y el tricolor ya tienen experiencia ganadoras en la capital y podrían repetir la fórmula. Los escenarios se definirán en breve.
Cannabis: no hay despenalización real
Como un día agridulce, así calificaron lo sucedido este viernes los activistas y colectivos ante la aprobación del dictamen de la Ley Federal para la Regularización del Cannabis por el Senado de la República que aún falta ser avalado por la Cámara Baja.
Más allá de celebrar y reconocer que fue un hecho histórico, los colectivos se encuentran preocupados por una serie de puntos que han creado confusión entre la ciudadanía y que de acuerdo a lo externado por las diversas asociaciones, se deja muy de lado los derechos del consumidor.
En términos simples, se endurecieron las penas a la posesión simple, se realizaron restricciones al consumo y darán mayor prioridad al mercado extranjero que al campo mexicano.
Muchos han celebrado que se amplió el gramaje que podrán portar los consumidores, el cual iría de los 5 a los 28; sin embargo las multas para quienes porten 200 gramos serían de hasta de 15 mil pesos o cárcel ente 5 y 10 años. Pero esta misma sanción irá para quienes porten 28 kilos de cannabis, es decir, que se endurecen las penas para narcomenudistas, pero no para narcotraficantes.
Otra de las mayores incongurencias del dictamen, de acuerdo a los colectivos, es que los consumidores deberán fumar dentro de su hogar, pero no pueden rebasar los 500 metros con sus vecinos u otros espacios porque estarán sujetos a ser denunciados y podrían multarlos o incluso encarcelarlos por el simple hecho de que su humo afectó a un no consumidor.
En este sentido ¿pasa lo mismo con los consumidores de tabaco? cuestionan las asociaciones, quienes piden que en todo caso el dictamen se homologue con los fumadores de nicotina.
Así como estos puntos, hay varios que aún dejan un mal sabor de boca a los colectivos, quienes llevan años no solo apelando por los derechos de los consumidores y de la cannabis psicoactiva, sino también por quienes padecen alguna enfermedad y requieren un tratamiento medicinal.
Aún falta ver qué pasará cuando este Dictamen llegue a manos de los diputados y peor aún, cuando se implemente toda vez que sea aprobado
¿Mariguanicen la legaliguana? No, eso eso todavía está por verse.
Los ídolos que se van, Ernesto Canto
El deporte en México se ha acostumbrado a vivir de ilusiones, la promesa eterna de que un día llegaremos a ser potencia mundial, aunque por otro lado el presupuesto se reduce y el deporte hoy es obviamente un tema que pasa a segundo término de prioridad para el país.
En medio de las crisis y los premios nacionales del deporte que de entregan más como premios de popularidad que de logros reales, los ídolos del pasado empiezan a irse, empiezan a convertirse en leyendas.
Una de las máximas glorias del deporte, Ernesto Canto quien ganara la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984, lleno de emotivas despedidas y de homenajes.
Canto y Raúl González lograron que todo México se levantara para llenarse Gloria, quitarle un poco al vecino del norte que está acostumbrado a llenar sus vitrinas de medallas y una más o una menos no hacen la diferencia.
En México, donde los metales caen a cuenta gotas, donde los atletas muchas veces tienen que depender de sus propios recursos, de rascarse con sus propias uñas, los ídolos son valorados hasta que están en lo más alto.
Ernesto Canto intentó hacer algo por del deporte mexicano, pero hasta hoy nadie ha ganado esa batalla, el sistema, los proyectos van caminando en reversa y todos de queda en un acumulado de buenas intenciones y presupuestos que se pierden entre demandas y sospechas de desvíos.
Los héroes se van y nos regalan momentos de gloria, imágenes históricas que se quedan tatuados porque llegan muy de vez en cuando y hoy la marcha también lo tiene muy complicado.
Ernesto Canto falleció a los 61 años de edad y dejó su legado, deja en esos últimos metros de llegada a la meta, una probada de lo que podría ser el deporte mexicano si alguna vez se tomara en serio.