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viernes, abril 26, 2024

El cobro de piso

Muy orondo y más lirondo, el presidente municipal de Guanajuato decidió otorgar permisos para usar el espacio de todos a unos particulares.

Sin más destreza que su propio tino, no pela a nadie ni a nada en tratándose de las mesas y sillas que sacan restauranteros a las calles. No entiende lo acontecido con otros gobiernos, no consulta al (inexistente) ayuntamiento ni a sus comisiones, ni siquiera a sus funcionarios y, mucho menos, a la reglamentación que le obliga a cumplirla.

Como ya es signo distintivo de esta administración, lo suyo es seguir amontonando todo en la cañada antigua. Al festivalitis de ocasión, al tianguismo disfrazado de cualquier pretexto, a la changarrización comercial y al ambulantaje asfixiante, le viene a sumar otros triques. Nada importa la movilidad urbana, nada la protección civil, nada los servicios públicos, nada el ruido insolente, nada de nada, excepción hecha del recaudo, eso de exigir y recibir dinero por cada mercader, por cada metro y por cada favor.

El parísimo que se esgrime hasta por los oficiosos es que necesitamos al turismo para vivir. Falso. Necesitamos a la ciudad para hacerla nuestra y así poder recibir a los visitantes, con cierto orden y concierto. Así como el desorden crece, la supervisión en salubridad, en capacitación, en contrataciones, en instalaciones y en seguridad resulta inexistente o a modo. La antrificación y changarrización de nuestra ciudad está despoblándola y quedará en manos de los que sí cobran con violencia y que se adueñan a las claras de la plaza que, hasta ahora, el gobierno goza indolente.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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