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jueves, marzo 28, 2024

El Conjuro 2

 

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Ir al cine es una situación inesperada dependiendo del público que va a estar contigo: a veces es odioso porque no dejan de comer o platicar y miran embelesados el celular que tira una luz potente (por favor, no hagan eso), otras veces son inexistentes y las mejores son cuando se vuelven una sola identidad.

Esta situación me ha pasado varias veces en la vida, pero una de las que más recuerdo con cariño fue cuando fui al cine en Nuevo Vallarta. Además de ser la ocasión en la que me ha salido más barato entrar al cine -¡15 pesos el boleto!- recuerdo mucho el presenciar que la gente en unísono reaccionaba a la película con respeto; gritaban, reían, se asustaban e incluso saltaban. La película en cuestión era “El Conjuro” y en ese momento nadie en la sala de cine pensó que su director James Wan se volvería una de las futuras promesas del medio.

¿Por qué promesa? Porque al parecer Wan es de esos directores multifacéticos que hará películas de cualquier género y con la misma pasión. El año pasado fue el encargado de dirigir la última entrega de “Rápido y Furioso” y para el 2018 se adentrará al universo de DC con su película de Aquaman además de Robotech. Acción y fantasía para un director que normalmente hace películas de horror, pues es el género en donde se encuentra como en casa.

Ahora, la historia de la franquicia de El Conjuro sorprendente, porque Warner Brothers no creía en ella. Fue gracias a una función de prueba en el que la gente salía despavorida que de pronto reconsideraron el potencial de la película y gracias a esto obtuvo un estreno de verano. Esto es muy raro si tomamos en cuenta de que las películas del género ya no se estrenan por estas fechas, ya que no son fáciles de comercializar ni de vender en una temporada en el que toda la familia va al cine, pero alude mucho al inicio del “blockbuster” moderno. Recordemos que “Tiburón” (Steven Spielberg, 1975) fue el catalizador de esta temporada y su género no es precisamente el de un musical.

Sobra decir que la película se volvió un éxito, rompió records de taquilla y la segunda parte ya estaba asegurada antes del estreno de la primera. Eso da fe de que el estudio le tiene fe a James Wan y sobre todo, la audiencia le ha depositado su confianza. Han pasado tres años y la pregunta es ¿Qué nos propone el director en esta segunda parte?

Pues a decir verdad, mejora en cosas que uno no esperaría.

El Conjuro 2 más que ser una película de horror, es una película sobre un matrimonio y sus habilidades, sobre cómo se devanean entre seguir una vida “normal” o ayudar al que lo necesita. Sé que puede sonar un tanto chantajista sobre todo si uno sabe la historia de los Warren, pero la intención de la película es la de hacer que el matrimonio se muestre humano, ese factor al que no le echamos porras cuando vemos una película de horror. Patrick Wilson y Vera Farmiga tienen una química bastante bonita porque realmente crees que son un matrimonio y crees esa confianza y fe que uno pone sobre el otro. Quieres verlos ayudar a la gente porque de esa manera recuperan su lado humano y además son expertos en el tema.

Tomando en cuenta que su apacible vida se mueve entre objetos aterradores, ellos deben de darle un uso benéfico a sus dones.
Tomando en cuenta que su apacible vida se mueve entre objetos aterradores, ellos deben de darle un uso benéfico a sus dones.

El otro elemento que me resulta bastante agradable es la noción de un universo en movimiento dentro de la propia película, me explico. Los Warren no tienen por qué esperar a una nueva entrega para seguir con sus casos; en una situación similar a Indiana Jones, James Bond y Star Wars, nuestros héroes siguen con sus vidas y esto les ayuda en el proceso del que somos testigos. Fue inteligente tomar el caso de Amytiville y ponerlo como el prólogo para mostrar otro notorio suceso pararnomal, le da esa sensación de que somos afortunados al ver una película de los personajes y también se deshace de la idea de hacer una película del tan infame caso que hemos visto cientos de veces.

Fuera de eso, lo que propone Wan es una película que tiene el mismo desarrollo que la anterior, eso quizás pueda ser causante de decepción del público pero vamos, es parte del arquetipo tradicional de una película del género “casa encantada”: el progreso de lo paranormal frente a una familia que era ajena a esta situación.

Comenzando con un tono burlón para después dar rienda suelta al frenesí del terror.
Comenzando con un tono burlón para después dar rienda suelta al frenesí del terror.

Eso sí, al llevar los elementos similares a la primera película, James Wan demuestra que es un maestro a la hora de generar puestas de escena cuya finalidad es la de arrancarnos un grito. En colaboración con Don Burgess –cinefotógrafo habitual de Robert Zemeckis– consiguen tomas que juegan con nuestra cabeza ya que las innumerables sombras nos hacen sentir amenazados. Me atrevería a decir que hay una escena que compite en grandeza con la famosa parte de las escondidillas de la primera.

Aunque también con honestidad puedo decirles que en esta ocasión la película apunta más al espectáculo visual que puede conseguirse con el CGI y suele fallar. Algo que apreciabas de la primera entrega era el uso inteligente de los efectos visuales porque no sentías que la computadora invadía el espacio de lo palpable con resultados fallidos. En esta segunda parte se puede notar que la intención es la de presentar una secuela que apunta por “más”, aunque no siempre “más” es “mejor”.

Si tuviste la decencia de esperar 3 años para ver de nuevo al matrimonio Warren, déjame decirte que valió la pena la espera. Pocas veces una película de horror llega por estas fechas y mucho menos pocas veces una segunda parte del género no apesta. Ahora habrá que ver si Warner Brothers esperará a Wan para la elaboración de una tercera parte, porque se necesita de su visión para hacer que esta franquicia se vuelva legendaria.

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