Mi capacidad para amar es genial, eso se debe al color de mi corazón, que no es rojo, sino azul.
El rojo es un color pasional, vehemente y mortal; un corazón con estas características puede amar con gran intensidad, incluso incondicionalmente, pero sólo una vez durante su vida; basta un rompimiento para que en su sangre ingrese oxigeno y que ese potente rojo se torne oscuro y hasta negro. La sangre que fluye en un corazón rojo es inflamable, para que arda debe alcanzar una alta temperatura y eso le toma tiempo. El corazón rojo que ardió y fue apagado no volverá amar de la misma manera que lo hizo por primera vez, porque se vuelve incapaz de sentir dolor y un corazón que no duele es un corazón que no sirve… está muerto.
El azul, al igual que el rojo es pasional y vehemente, pero a diferencia de este, el fuego no lo va a matar. La sangre que fluye en él es pirofórica, basta con que esté tan sólo un momento expuesta al oxigeno para que se ignita. Un corazón azul está enamorado del amor, es así que para aquellos que tengamos un corazón azul no hay tiempo determinado para comenzar a amar. Pese a la inmortalidad del corazón azul, es importante que entiendas que todo fuego es devastador, su capacidad de sentir amor es equivalente a la de sentir dolor, y muchas veces el segundo dura más que el primero. Mucho más. Un corazón azul sufrirá mucho durante su vida, porque se encontrará con muchos corazones rojos incapaces de conocer o tan siquiera apreciar su capacidad para amar. El mecanismo de defensa de un corazón rojo, su fobia a amar, será la perdición del portador del corazón azul.
