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viernes, abril 26, 2024

El debate presidencial y las televisoras

Por: Marco Antonio Baños*

El próximo domingo a las 20:00 horas se llevará a cabo el primer debate presidencial, por acuerdo unánime de los representantes de la candidata y los candidatos. Así se lo hizo saber el IFE, el 26 de abril a la Federación Mexicana de Futbol, y el 27 de abril, a los dueños de las dos principales televisoras, invitando a que evitaran que el calendario de transmisión de los partidos de cuartos de final del deporte más popular en el país, se encimaran con el horario ya definido del debate.
Sin embargo, Televisión Azteca, el Club Morelia y la Federación Mexicana de Futbol, decidieron que el partido Morelia-Tigres se jugará precisamente a la hora del debate.

Al conocer la petición del IFE la semana pasada, Álvaro Dávila, presidente del Club de futbol Morelia, había declarado que su equipo no suele ocupar ese horario y que le parecía importante colaborar por la relevancia del debate: “Se trata de colaborar, es algo también muy importante para el país, ojalá y no tengamos que chocar en horarios, si es así, pues nos adaptaremos. No creo que haya problema, porque los domingos los partidos son más temprano a las 5 o 6 a más tardar” (La Afición, 28-4-2012).
Pese a las diferencias públicas que tiene una parte de la industria con la reforma electoral de 2007 y las tensiones que eso ha provocado en diversos momentos entre las televisoras y IFE, Televisa sí transmitirá el debate en vivo de forma voluntaria, pero Televisión Azteca ha optado por no hacerlo y por encimar una transmisión de futbol.

El artículo 70 del Cofipe establece que la difusión de al menos dos debates presidenciales debe ser en vivo, obligatoria para todos los medios públicos del país y voluntaria para aquellos medios privados que consideren importante transmitirlo. El IFE, por ley, debe realizar “gestiones” para alcanzar que los debates estén presentes en “el mayor número posible de estaciones y canales”.

Una amplia difusión en radio y televisión de los debates presidenciales es una práctica común en cualquier país democrático, y no un invento censor o estatista de la reforma electoral de 2007 o de las instituciones que deben aplicarla. En septiembre de 1960 los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, el demócrata John F. Kennedy y el republicano Richard Nixon, participaron en un debate transmitido por las cadenas televisivas privadas CBS, ABC y NBC. En 1993, España tuvo su primer debate en televisión entre Felipe González y José María Aznar.

En EU, la liga nacional de futbol americano (NFL) adelantó del 6 al 5 de septiembre el partido inaugural de su temporada entre los Gigantes de Nueva York y los Vaqueros de Dallas, para no encimarlo con la convención demócrata donde se prevé que Barack Obama pronuncie su discurso de nominación como candidato. La NFL también ajustó hace un año el horario del partido entre los Empacadores de Green Bay y los Santos de Nueva Orleans para no empalmarlo con un debate entre republicanos.

En México tuvimos el primer debate presidencial en televisión en 1994. Desde entonces, los debates han logrado abrirse paso, y pese a las críticas a sus formatos acartonados, lo cierto es que si revisamos la historia reciente, todos han jugado un papel clave en el comportamiento de las preferencias electorales, porque dan oportunidad a muchos electores de tomar una decisión con mayor información de la que es posible darse a conocer sólo a través de promocionales cortos.

Desde hace 18 años el IFE ha contado con el apoyo de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión para difundir los debates en cadenas nacionales voluntarias. Así fue en 1994, en 2000 y en 2006.

A diferencia de años anteriores, el debate 2012 no está diseñado para exposiciones generales, apuesta por que se propicien posturas concretas. El formato permitirá que durante 120 minutos la candidata y los candidatos contesten preguntas específicas relacionadas con Economía y Empleo, Seguridad y Justicia, Desarrollo Social y Desarrollo Sustentable. Esas preguntas van a sortearse por primera vez, y quienes participan tendrán oportunidad de referirse a la respuesta que den los demás.
En verdad sería deseable que Ricardo Salinas Pliego, en libertad rectificara su decisión. De no ser así, espero que los 78.4 millones de mexicanos que tienen posibilidad de ejercer el voto, decidan sintonizar el debate y valorar su decisión.

*(Consejero electoral y presidente del Comité de Radio y Televisión del IFE)

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