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viernes, marzo 29, 2024

El medio ambiente y las mujeres

El pasado 05 de junio se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente. Este día comenzó a celebrarse desde 1974, por resolución de las Naciones Unidas en 1973. La conmemoración busca sensibilizar a la población mundial en cuestiones de sostenibilidad y protección del medio ambiente, así como impulsar la correcta acción política al respecto, partiendo de la premisa de que el medio ambiente está estrechamente conectado con el desarrollo de los Estados y el acceso a los derechos humanos, además de inestabilidades políticas o económicas, inseguridad alimentaria y amenazas a la salud.

En este espacio hemos abordado, en otras ocasiones, el medio ambiente como un derecho humano, así como distintas aproximaciones al mismo. Sin embargo, en esta ocasión, se explicará la relación que hay entre este asunto y las niñas y mujeres del mundo.

Como muchas otras situaciones, el cambio climático afecta de forma diferenciada a niñas y mujeres. En variados contextos, las niñas y mujeres se encuentran limitadas en el acceso a sus derechos –como la salud reproductiva o el trabajo, entre otras- y en la toma de decisiones sobre sus propias vidas. Estas limitaciones que a su vez producen desigualdades, las colocan en un estado de mayor exposición a los perjuicios del cambio climático.

El Comité para Eliminar la Discriminación contra la Mujer (Comité CEDAW), de la Organización de las Naciones Unidas, ha manifestado que los niveles de mortalidad y morbilidad en situaciones de desastre son más elevados en el caso de las mujeres y las niñas. Esto puede deberse a que las niñas y mujeres se encuentran en situaciones de desigualdad económica y tienen más probabilidades de residir en viviendas inadecuadas, situadas en lugares donde el valor es menor por tratarse de zonas vulnerables a fenómenos naturales, como tormentas, terremotos o avalanchas.

En casos de desastres naturales, aumenta la exposición de niñas y mujeres a enfrentar violencia por razón de género. Por lo general, refugios o campamentos constituidos para atender a víctimas de algún desastre natural, no son establecidos con perspectiva de género y carecen de infraestructura para atender las necesidades específicas de las mujeres, algunas relacionadas con la salud sexual y reproductiva.

Además, las relaciones de poder que nacen a partir de la emergente necesidad de obtener insumos como agua potable, alimento y medicinas, a través de fuentes distintas a las habituales, pueden prestarse para amenazas o dinámicas coercitivas que devengan en violencia por razón de género. Estas situaciones pueden agravarse aún más, si se toman en cuenta las particularidades de cada niña o mujer, como tener una discapacidad o ser indígena. En adición, es común que después de un desastre natural, los trabajos de cuidado no remunerado aumentan para las mujeres.

A pesar de estas situaciones de desigualdad, el Comité CEDAW también ha señalado que generalizar a las mujeres y niñas como un “grupo vulnerable” (como erróneamente lo han hecho en México prácticamente todos los candidatos a cargos de elección popular en el presente período electoral) perpetúa un estereotipo de las mujeres como sólo objeto de protección y no como titulares de derechos, con agencia y capacidad de transformar sus realidades a través de distintas contribuciones. Además, esta denominación también invisibiliza las aportaciones de las niñas y mujeres en este ámbito.

Por tanto, los esfuerzos para proteger el medio ambiente, revertir y prevenir los efectos del cambio climático, deben incluir a las mujeres en el uso de la voz, participación y en la toma de decisiones, así como construirse con perspectiva de género.

Algunos comentarios sobre nuestro Estado

Durante el primer debate para gobernador de Guanajuato, todos los candidatos y la candidata se refirieron a las mujeres como un grupo vulnerable, pero ninguno hizo referencia a la importancia de que formen parte en la toma de decisiones, ni de abordar todas las políticas públicas con perspectiva de género para evitar impactos diferenciados o para revertir situaciones de desigualdad ya existentes; mucho menos hicieron alguna propuesta concreta al respecto. Además de las referencias a la violencia contra las mujeres, la única desafortunada mención a un “gobierno incluyente”, se dio con motivo de la promesa a las mujeres de tener todas “una alerta de género para su protección”.

El ejercicio efectivo de los derechos humanos de las niñas y mujeres está en prácticamente todos los discursos de la actualidad, ¿cuándo se reflejarán en el actuar de nuestr*s representantes y gobernantes o, al menos, de quienes aspiran a serlo?

 

Amicus Derechos Humanos, AC
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“Derechos humanos por el cambio social” www.amicusdh.org hola@amicusdh.org www.facebook.com/amicusdh

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