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viernes, abril 26, 2024

¿EL Partido Comunista en las raíces de la 4T?

Lunes 25 de noviembre. Restos de Valentín Campa son trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres -presente el presidente López-. Dirigente comunista, trabajador y líder ferrocarrilero, preso político, candidato presidencial, diputado federal. Ingresó en 1927 al Partido Comunista Mexicano (PCM, fundado el 24 de noviembre de 1919). Entonces educación socialista obligatoria (mi madre recuerda entonaban “La Internacional”: “¡Arriba, parias de la tierra!…”, no el Himno Nacional, en escuelas públicas), de restricciones a libertades de católicos, y corrupción. La Internacional Socialista instruyó formar gobiernos de Frente Popular, en México se acató: En 1936 Campa participó en la fundación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), instrumento de doctrina y control de trabajadores. El PCM se disolvió en 1981 para formar el Partido Socialista Unificado de México, transformado en Partido Mexicano Socialista, el cual en 1989 cedió su registro al Partido de la Revolución Democrática, del que se desprendió en 2014 Morena. Por eso Jorge Alcocer V. escribe esta semana en Proceso (“El PCM en las Raíces de la 4T”), su artículo “El siglo de la hoz y el martillo”: “…sin su trayectoria y herencia (del PCM) es imposible entender el arribo al gobierno de México de algo (Morena) que, aunque no se sepa o no se admita, está emparentado, en línea directa, con la historia de los comunistas mexicanos”. Jorge -guanajuatense, excomunista, amigo- omite mencionar ADN es también del PRI; reconoce extravíos y deformaciones de la política impuesta desde Moscú por Stalin (el mayor asesino en la historia de la humanidad), en función de intereses de la burocracia de la URSS: “la patria del socialismo real”, a proteger y defender a cualquier costo. Agrega: sin la participación de militantes del PCM no se entendería la creación de centrales campesina y popular también, instrumentalizadas en la lucha por la dictadura del proletariado; época de Lázaro Cárdenas, hoy considerada 3T.

Más allá de apoyos de AMLO al PCM en su paso por la dirigencia del PRI Tabasco, analicemos qué rastros de ese ADN -tesis y actitudes comunistas- pueden animar a políticos de hoy. El comunismo se clasifica como socialismo-marxista-leninista, revolucionario y totalitario. Lenin (su libro “¿Qué hacer?” lo abrí en biblioteca de abuelo materno trotskista) dice que el comunismo se basa en una teoría revolucionaria que sintetizan aportaciones del socialismo francés, economía inglesa y filosofía alemana. Acepta de Marx la crítica de la religión y del derecho, y el materialismo histórico, y atribuye el papel fundamental del cambio histórico a la política, ya no la economía.

Lenin propuso un partido organizado en “células” de obediencia incondicional, y con una doctrina y práctica de la estrategia (¿qué hacer para logros en largo plazo?) y la táctica (fragmentos de estrategia, “aliándose hoy con los enemigos de mañana”):  todo se vale con tal de lograr fines propios, incluso el diálogo-táctica para envolver. Y subordina la acción al odio y lucha de proletarios contra burgueses (conservadores, neoliberales), donde el triunfo de la revolución violenta y desaparición de clases los consideran inevitables. Es un sistema íntegramente dedicado a la eficacia política, por encima de consideraciones morales y de derecho, que tolera la vía pacífica en tanto llega el momento de la guerra civil. Diferente al socialismo reformista de métodos pacíficos de cambio y conquista gradual del poder.

Polvos de esos lodos es el Foro de Sao Paulo, red de partidos formado por Lula da Silva, de Brasil, en los 90s, al que AMLO incorporó al PRD siendo su presidente, y luego a Morena, y donde participan Maduro de Venezuela, Ortega de Nicaragua, Castro de Cuba, Kirchner de Argentina, Evo de Bolivia (confirmó recién su credo comunista a Denise Maerker -15 nov-, iniciando ahora guerra civil con recursos del narcotráfico y vínculos ayer evidenciados con familia del Chapo Guzmán); comparten ADN, reconocen utilizar la democracia liberal burguesa para conquistar el poder, ampliar el control político del Ejecutivo y sustituirla por nuevo modelo político centralizador, anticapitalista, de gobierno sin contrapesos. Europa sepulta y no conmemora comunismo -ni nazismo o franquismo-; aquí sí. Tiempos de reciclar abuelos, la 4ª Transformación ¿revolucionaria y totalitaria?

Juan Miguel Alcántara Soria
Juan Miguel Alcántara Soria
Analista político y experto en seguridad.

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