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sábado, abril 19, 2025

¿El testimonio de todos vale por igual? Una aproximación a la epistemología del testimonio de Miranda Fricker.

Ana Paula Visintini

 

¿Es el testimonio una fuente básica de justificación del conocimiento? o bien, ¿puede la justificación testimonial reducirse a una combinación de otras fuentes epistémicas tales como la memoria, la percepción, la razón, etc.? ¿Qué testimonios importan? ¿Por qué algunos testimonios, relatos, experiencias tienen un peso mayor entre los oyentes? ¿Al recibir un testimonio se lo interpreta o juzga bajo un sesgo moral y político, que lo prejuzga? Estas son interrogantes que repetidamente le han interesado a la filosofía a lo largo de la historia. Por ejemplo, el griego antiguo unía `ver´ y `saber´ planteando que como evidencia para saber hacía falta ver, antes que oír; por ende, un testigo era confiable o poseía conocimiento valedero en tanto que sabía, pero sobre todo en tanto que había visto. Aquellos a quien Aristóteles nombra en la Retórica como “viejos o antiguos testigos”, son testigos oculares. El testigo es también una figura importante dentro de la Biblia, pues aquél [testigo]que escuchó y oyó actúa, a su vez, como garante. Por otro lado, el mejor testigo en la Edad Media será aquél que disponga de la más alta autoridad.  Poder retomar brevemente la historia de los testigos desde la antigua Grecia nos permite tener en cuenta las distintas concepciones que se han tenido a lo largo de la historia y posteriormente dentro del desarrollo de la teoría del conocimiento, como disciplina filosófica, pues, como veremos a continuación, el problema de la validez y justificación del conocimiento testimonial ha prevalecido hasta la contemporaneidad.

 ¿Los testimonios son conocimiento? Para toda una tradición comunitarista en donde se inscribe Miranda Fricker (2007), el testimonio es una fuente productora de conocimiento o transmisora de conocimiento; en este sentido, el testimonio es entendido como una fuente legítima y confiable de conocimiento en contraposición con teorías reductivistas o reduccionistas del conocimiento testimonial. El principal debate vigente en dicho campo de estudio puede consignarse de la siguiente manera: ¿es el testimonio una fuente autónoma de autoridad epistémica? Las respuestas que se siguen son las dos posturas tradicionales para adentrarnos en el estudio del testimonio contemporáneo: a) Reduccionistas las cuales responderán negativamente a la última pregunta y b) Anti-reduccionistas, las cuales, afirmarán que el testimonio es una fuente de garantía para sí mismo, entonces ,no necesita de otras fuentes de conocimiento, incluso aunque dependa empíricamente de ellas. En este sentido, el estudio del testimonio desde una perspectiva epistemológica es primordial luego que nos provee de herramientas para evaluación crítica de los sujetos mismos. Ahora bien, dependiendo de las categorías de análisis que utilicemos, se podrían cometer una serie de perjuicios sobre la persona o sobre el juicio en sí mismo, que descalificarían al sujeto como agente activo de conocimiento. 

 La propuesta filosófica que nos aporta Fricker es que, si no mantenemos una mirada política y ética respecto al contexto general que presenta el o la hablante y respecto a sus posibilidades sociales de transmitir la información, estaríamos silenciando parte de su juicio. Las consecuencias prácticas que tendrían las posturas reductivistas, siguiendo a Fricker, es que estos perjuicios podrían generar, en el peor de los casos, un daño de tipo identitario en el desarrollo de la personalidad, sexualidad, identidad etc., ya que el sujeto se ve coartado por presiones sociales para poder expresarse o ser escuchado.  El o la hablante podría entonces ser injustamente desautorizado en su capacidad como sujeto o sujeta de conocimiento. En este caso tendrían consideraciones negativas con el sujeto cognoscente únicamente por su identidad: por ejemplo, cuando no se cree el testimonio de las trabajadoras sexuales en un juicio. Esta idea de ser perjudicado en la capacidad como sujeto cognoscente constituye la caracterización genérica de lo que Fricker denomina injusticia epistémica.

Sostener miradas sociales y con perspectiva de género, mediante categorías de análisis epistémicas, nos permite garantizar la escucha de los testimonios. Por ende, creemos fundamental utilizar categorías de análisis que estén atravesadas por virtudes éticas e intelectuales las cuales permitan neutralizar el impacto del prejuicio identitario estructural sobre nuestro juicio de credibilidad. En consecuencia, Fricker dirá que modificar las desiguales relaciones de poder que generan las condiciones para la injusticia epistémica requiere una ”acción política grupal para el cambio social”(2007).

Referencias:

Fricker, M. (2007). Injusticia epistémica: el poder y la ética del conocimiento; ed. Herder, Madrid.

Sporadikus
Sporadikus
Esporádico designa algo ocasional sin enlaces ni antecedentes. Viene del latín sporadicos y éste del griego sporadikus que quiere decir disperso. Sporás también significa semilla en griego, pero en ciencia espora designa una célula sin forma ni estructura que no necesitan unirse a otro elemento para formar cigoto y puede separarse de la planta o dividirse reiteradamente hasta crear algo nuevo. Sporadikus está conformado por un grupo de estudiantes y profesores del departamento de filosofía de la UG que busca compartir una voz común alejada del aula y en contacto con aquello efervescente de la realidad íntima o común. Queremos conjuntar letras para formar una pequeña comunidad esporádica, dispersa en temas, enfoques o motivaciones pero que reacciona y resiste ante los hechos del mundo: en esta diversidad cada autor emerge por sí solo y es responsable de lo que aquí se expresa.

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