Por: Pablo de los Cobos, colaborador de Amicus*
No hay democracia con discriminación. Así lo señaló la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su Informe sobre Violencia contra personas LGBTI, en el que recomienda a los estados, incluido México, a diseñar e implementar políticas y programas contra la estigmatización, estereotipos y discriminación contra personas LGBTI+.
Una de estas formas de discriminación se presenta al momento de votar, cuando una persona trans acude a una casilla y la fotografía o la mención sexo/genérica de su documento de identificación no coincide con su apariencia física. Esto produce desde burlas, comentarios, miradas despectivas hasta la negativa a que emita su voto.
Lamentablemente, en un país como México y en un estado como Guanajuato, en el que no existen mecanismos efectivos para que las personas trans puedan adecuar sus actas de nacimiento y, con ello, sus credenciales de elector a su identidad de género, las personas trans se han visto excluidas de las jornadas electorales pues, en ocasiones, para evitar este tipo de eventos discriminatorios, ven más favorable a su integridad el no acudir a una casilla electoral.
Así como se ha hecho con otros grupos en situación de vulnerabilidad como personas con discapacidad, de comunidades indígenas o adultas mayores, el INE comenzó a debatir la necesidad de incorporar un protocolo para hacer efectivo el voto de las personas trans en las elecciones del año que corre. Sin embargo, nos enfrentamos con que los estereotipos de género están presentes también en el Consejo del INE, donde se dijo que las personas trans que expresan su género son similares a un payaso que va a votar con la cara pintada. Las expresiones, aunque desafortunadas, reflejan el sentir de una comunidad donde a 4 de cada 10 personas les parece intolerable que se usen vestimentas del sexo opuesto o que soliciten cambiar de sexo.
Ante la posibilidad de que en pleno 2018 las personas trans no pudieran efectivamente votar para elegir a sus representantes, bajo el argumento de que permitir el voto a personas cuya fotografía o nombre no coincida con su apariencia podría permitir el suplanto de identidad y la futura impugnación de partidos políticos, se interpusieron ante el Consejo del INE recursos de queja por parte de la CONAPRED y COPRED.
Finalmente, el INE aprobó un documento que parte de la premisa de que una democracia requiere condiciones de igualdad, en donde ningún tipo de distinción es adecuada si no es proporcional. Lo anterior también bajo el principio de que las diversidades sexuales, entre las que se encuentran la orientación sexual, la identidad y expresión de género, constituyen elementos esenciales de la personalidad que no admiten generar distinción, como lo sería la negativa a emitir un voto. Además de que las credenciales cuentan con otros elementos de seguridad como la firma, la huella digital, la mancha del pulgar, registros del padrón electoral, etcétera.
Este protocolo [1] es de aplicación general, es decir, obligatorio tanto para elecciones locales y federales, así como para cualquier otro mecanismo de participación ciudadana como lo es una consulta popular, no sólo para las elecciones de este año sino para cualquier proceso en el futuro. Tiene tres grandes ejes: que las personas trans puedan emitir su voto libre de discriminación el próximo 1.º de julio, la capacitación de servidores públicos en la materia, y la promoción del voto en la comunidad LGBTI+. Es importante aclarar que el protocolo establece obligaciones a los Organismos Públicos Locales (OPL) como el IEEG.
El primer eje, quizá el más debatido y conocido, implica que todas las personas trans podrán emitir su voto, y “en ningún caso la falta de concordancia entre la expresión de género del o de la votante con la fotografía…, o bien con el nombre o el sexo asentado en ella (la credencial) podrá ser causa para impedir el voto”. Además, se establece la obligación a funcionarios de casilla de asentar cualquier negativa al voto a personas trans y a evitar procedimientos adicionales para confirmar la identidad, abstenerse de cuestionar, en el mismo sentido, se instruye a que se dirigirán a la persona por sus apellidos. En caso de negativa, para esa fecha se abrirán líneas especiales en INETEL y redes sociales con personas que conozcan el protocolo, para brindar ayuda.
El segundo eje trata sobre la capacitación electoral, que además de buscar que la jornada se realice sin ningún tipo de discriminación, tiene como finalidad sensibilizar, informar y concientizar a personas sobre la problemática de estigmatización que viven día a día personas de la comunidad LGBTI+. Se deberán llevar a cabo simulacros en donde personas trans acudan a votar, se deberá contar con trípticos y señalética que indique los derechos, y se invita a las autoridades a auxiliarse y hacer alianzas con personas trans y con organizaciones para fortalecer las capacitaciones.
El tercer eje aborda la promoción del voto en la comunidad LGBTI+, que parte de dos dimensiones: la individual, enfocada a promover mecanismos que favorezcan que personas trans se postulen o que vayan a votar para revertir la discriminación y la exclusión histórica, que les ha llevado al alejamiento, y la dimensión social dirigida a que se promuevan los derechos de las personas LGBTI+ y se les visibilice en los debates y campañas.
Entendernos como sociedad es entendernos también en nuestra diversidad. Aunque nuestra democracia no se agote en una elección, es un día que define mucho qué queremos como país, además, el voto es en sí mismo un derecho humano para el que no debieran existir restricciones discriminatorias para ejercerlo.
Instamos a conocer el mencionado Protocolo del INE a las personas que aspiran a un cargo público, así como a todas aquellas que en mayor o menor medida están involucradas en la organización de los próximos comicios, especialmente en una sociedad como la guanajuatense en la que prevalecen prejuicios y actitudes discriminatorias a personas trans. De la misma forma, invitamos a la ciudadanía en general a difundir este instrumento, y especialmente a las personas trans a conocer, apropiarse y compartir los derechos que se les han reconocido para la jornada electoral.
Celebremos la invitación que las próximas elecciones nos hacen a querernos como un país abierto a sus diversidades sexuales.
[1] El nombre completo del documento es Protocolo para adoptar las medidas tendientes a garantizar a las personas trans el ejercicio del voto en igualdad de condiciones y sin discriminación en todos los tipos de elección y mecanismos de participación ciudadana y puede consultarse aquí.
*Amicus, “Derechos humanos por el cambio social”
www.amicusdh.org
hola@amicusdh.org
www.facebook.com/amicusdh
